13 oct

Reflexión miércoles 13 de octubre

Del Evnagelio según san Lucas 11, 42-46

En aquel tiempo, dijo el Señor:

–¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de legumbres, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios!

Esto habría que practicar sin descuidar aquello.

¡Ay de vosotros, fariseos, que os encantan los asientos de honor en las sinagogas y las reverencias por la calle!

¡Ay de vosotros, que sois como tumbas sin señal, que la gente pisa sin saberlo!

Un jurista intervino y le dijo:

–Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros.

Jesús replicó:

–¡Ay de vosotros también, juristas, que abrumáis a la gente con cargas insoportables, mientras vosotros no las tocáis ni con un dedo!

 

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

En el Evangelio, escuchamos las duras palabras de Jesús contra los fariseos. Cuando escuches estas palabras, no pienses en “otros”. Esta palabra nos invita seriamente a la conversión a todos. A ti y a mí, también.

 

Porque, como consecuencia de la herida del pecado original, el espíritu del fariseísmo fácilmente cae sobre nosotros y nos atrapa.

 

¿Cuándo caemos en el fariseísmo?

 

Cuando te quedas en el mero cumplimiento de ley y no vas al fondo del ser discípulo: dejarlo todo para seguir a Jesús, para vivir en su voluntad y no en la tuya.

 

Cuando utilizas la ley como un pretexto para no hacer la voluntad de Dios. Así cumplo¸ pero miento; porque mi corazón está lejos del Señor.

 

Os encantan los asientos de honor en las sinagogas…  Y así, buscas tu gloria y no la de Dios. Y por eso vas mendigando el reconocimiento, los primeros puestos… El primero entre vosotros será vuestro servidor.

 

Sois como tumbas no señaladas.  Esta imagen evoca Ezequiel 37, la visión de los huesos secos, que necesitan el espíritu de Yahvé: Infundiré mi espíritu en vosotros y viviréis (cf. Ez 37, 14).

 

Cuando te crees mejor que los demás y vives juzgando y condenando, despreciando…, en lugar de mirar al otro como lo mira el Señor: desde la verdad, pero con misericordia: no para destruir ni para humillar, sino para acoger, animar y sanar: Cargáis a los hombres cargas insoportables, mientras vosotros no tocáis las cargas ni con uno de vuestros dedos. Esta no es una invitación a predicar el evangelio de las rebajas sino la proclamación de que todo es don, todo es gracia.

 

Cuando vives en la hipocresía: no en la incoherencia de la debilidad (quiero, pero no puedo), que te lleva a la humildad y a confesar tus pecados; sino en la doblez del no quiero, pero aparento, que te lleva al endurecimiento del corazón:

 

Por eso, lo fundamental es que te conviertas: que dejes que la Palabra viva de Dios cambie tu manera de pensar y tu manera de vivir; que te lleve a vivir según la voluntad de Dios.

 

       A toda la tierra alcanza su pregón  (cf. Sal 19, 5).

 

       ¡Ven Espíritu Santo!  (cf. Lc 11, 13).

Acción Familiar

“En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.” (Juan 1, 51).

 

Gesto

  1. Encender una vela.
  2. Comienzo: En el nombre del Padre… (Señal de la Cruz)

 

  1. Gesto en Familia:

 

Reflexión: Recuerdo honestamente mis sentimientos del día anterior, mis alegrías, mis penas y mis esperas… ¿Puedo ver en cuáles estaba presente Dios? Compartir en familia.

 

  1. Oración final:

 

Señor, mientras más te llamamos,

mejor podemos sentir tu Presencia.

Día a día nos acercas más

al tu Corazón que nos ama.

 

Señor, me creaste para vivir en libertad.

Que Tu Espíritu Santo me guíe para seguirte libremente.

Instala en mi corazón el deseo

de conocerte y amarte cada día más.

 

Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo,

Como era en un principio,

Ahora y siempre.

por los siglos de los siglos

 

Amén.

pastoral

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