24 nov

Reflexión miércoles 24 de noviembre

Evangelio según san Lucas 21, 12-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a los tribunales y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre: así tendréis ocasión de dar testimonio.

Haced propósito de no preparar vuestra defensa: porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.

Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa de mi nombre.

Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá: con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

       El rey Baltasar pasará a la historia como símbolo de los hombres sacrílegos que presumen de no temer ni respetar a Dios: ha mandado traer los vasos sagrados del templo de Jerusalén y los ha puesto al servicio de los ídolos, alabando a sus dioses de oro y plata

       La arrogante conducta del rey, que es una ofensa al Dios Altísimo, suscita la respuesta de Dios. Así, el rey ve unos dedos de mano humana escribiendo sobre el revoque del muro del palacio.

      Una vez más, los sabios y astrólogos son incapaces de explicar el significado de lo escrito.

        Y será Daniel quien tenga una palabra profética: Te has rebelado contra el Señor del cielo… Has alabado a dioses de plata y oro… que ni ven, ni oyen, ni entienden; mientras que al Dios dueño de tu vida y tus empresas no lo has honrado.

       Contado. Pesado. Dividido. Daniel acusa el rey Baltasar por tres pecados: orgullo, sacrilegio e idolatría.

      Pero estas tentaciones son siempre actuales: dejarnos seducir por los ídolos, ídolos que no pueden darnos la vida y, por eso, nos dejan siempre vacíos e insatisfechos… ídolos mudos, que jamás podrán darnos vida, ni siquiera una palabra de amor y de salvación.

        Por eso, la Palabra de Dios nos recuerda la clave para permanecer fieles: con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas, sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida.

      Perseverar quiere decir mantenernos fieles a Jesucristo y en comunión con la Iglesia.

       Pero Jesús nos dice que esta fidelidad y perseverancia no son fáciles: el que quiera mantenerse fiel sufrirá persecución y será abandonado y traicionado por los hombres: todos os odiarán a causa de mi nombre.

       Además, el Señor nos invita a no tener miedo, a vivir confiando en su amor y en su misericordia: yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro…, ni un cabello de vuestra cabeza perecerá.

       La sabiduría del Espíritu Santo, que es la que hará que toda nuestra vida sea, como la de Daniel y la de todos los que han permanecido fieles al Señor, un cántico de alabanza al Señor: ¡Ensalzadlo con himnos por los siglos!

       A toda la tierra alcanza su pregón (cf. Sal 19, 5).

        ¡Ven Espíritu Santo!  (cf. Lc 11, 13).

Acción Familiar

“Sin embargo, no se perderá ni un pelo de vuestra cabeza. Con vuestra constancia ganaréis vuestras vidas” (Lucas 21, 19).

 

Gesto

  1. Encender una vela.
  2. Comienzo: En el nombre del Padre… (Señal de la Cruz)
  1. Gesto en Familia:

Reflexiono: ¿Cómo me encuentro hoy? ¿Cómo estoy con Dios? ¿Tengo algo que agradecer? Doy las gracias … ¿Hay algo que lamento? Pido perdón … Lo comparto con mi familia.

  1. Oración final:

Señor,

mientras más llamamos tu,

mejor podemos sentir tu Presencia.

Día a día nos acercas más

al Corazón de Dios que nos ama.

Te doy gracias Jesús

y te pido que estés siempre en mi mente, y en mi corazón,

para poder hablar contigo como de un amigo a otro.

Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo,

Como era en un principio,

Ahora y siempre.

por los siglos de los siglos

Amén.

pastoral

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