30 sept

Reflexión miercoles 30 de septiembre

San Jerónimo

 PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Job 9, 1-12. 14-16

Respondió Job a sus amigos:

«¡Se muy bien que es así: que el mortal no es justo ante Dios. Si quiere pleitear con él, de mil razones no le rebatirá ni una. Él es sabio y poderoso, ¿quién le resiste y queda ileso?

Desplaza montañas sin que se note, cuando las vuelca con su cólera. Estremece la tierra en sus cimientos, hace retemblar sus pilares; manda al sol que no brille y guarda bajo sello las estrellas. Él solo despliega los cielos y camina sobre el dorso del Mar. Creó la Osa y Orión, las Pléyades y las Cámaras del Sur.

Hace prodigios insondables, maravillas innumerables. Sí cruza junto a mí, no lo veo; me roza, al pasar, y no lo siento; si en algo hace presa, ¿quién se lo impedirá?, ¿quién le reclamará: “Qué estás haciendo”? Cuánto menos podre yo replicarle o escoger argumentos contra él.

Aunque tuviera yo razón, no respondería, tendría que suplicar a mi adversario; aunque lo citara y me respondiera, no creo que me hiciera caso».

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL    Sal 87, 10bc-11. 12-13. 14-15 (R∫.: 3a)

R∫.   Llegue hasta ti mi súplica, Señor.

V∫.   Todo el día te estoy invocando,
Señor, tendiendo las manos hacia ti.
¿Harás tú maravillas por los muertos?
¿Se alzarán las sombras para darte gracias?   R∫.

R∫.   Llegue hasta ti mi súplica, Señor.

V∫.   ¿Se anuncia en el sepulcro tu misericordia,
o tu fidelidad en el reino de la muerte?
¿Se conocen tus maravillas en la tiniebla,
o tu justicia en el país del olvido?   R∫.

R∫.   Llegue hasta ti mi súplica, Señor.

V∫.   Pero yo te pido auxilio, Señor;
por la mañana irá a tu encuentro mi súplica.
¿Por qué, Señor, me rechazas y me escondes tu rostro?   R∫.

R∫.   Llegue hasta ti mi súplica, Señor.

ALELUYA   Flp 3, 8-9

R∫.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V∫.   Por él lo perdí todo, y todo lo considero basura con tal de ganar a Cristo y ser hallado en él.   R∫.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 57-62.

 EN aquel tiempo, mientras Jesús y sus discípulos iban de camino, le dijo uno:

«Te seguiré adondequiera que vayas». Jesús le respondió:

«Las zorras tienen madrigueras, y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza».

A otro le dijo:

«Sígueme».

El respondió:

«Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre».

Le contestó:

«Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios».

Otro le dijo:

«Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de los de mi casa».

Jesús le contestó:

«Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios».

Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

       Ser cristiano, ser discípulo, es un caminar junto a Jesucristo, siguiéndole a Él que es el Camino, la Verdad y la Vida, hacia la meta, que es el cielo, la vida eterna.

       En el Evangelio vemos que en este camino hacia Jerusalén son varios los que se encuentran con Jesús y muestran interés en seguir a Jesús, pero le van poniendo condiciones.

      Tal vez te parezca un poco dura la respuesta de Jesús. Pero es que seguir a Jesús no es cualquier cosa, seguir a Jesús no es un juego.

      Jesús no es simplemente un “personaje” de este mundo, un sabio o algo por el estilo. No. Jesús es el Señor, el único Señor: Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre. Por eso, con estas respuestas, Jesús nos está recordando el primer mandamiento: Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todas tus fuerzas (cf. Mc 12, 30).

      Y una cosa es ser curiosos, eruditos, simpatizantes o piadosos… y otra muy distinta es ser discípulo.

      Quien renuncia a todo, incluso a sí mismo, para seguir a Jesús, entra en una nueva dimensión de la libertad, que san Pablo llama caminar según el Espíritu (cf. Ga 5, 16).

       Ser discípulo es la respuesta del enamorado que ha sido tocado por el Amor: no vive en el cálculo mezquino y tacaño del que busca su propio interés, sino en el desbordamiento de amor del que ha descubierto ya que hay más felicidad en dar que en recibir (cf. Hch 20, 35).

       ¿Cómo está tu seguimiento de Cristo? ¿Le estás poniendo alguna condición o resistencia para seguirle? ¿Tienes miedo de que cambie demasiado tu vida?

       ¡No tengas miedo! No viene a quitarte nada, sino a dártelo todo. ¡Nadie te ama como Él!

    ¡Os daré un corazón nuevo!  (cf. Ez 36, 26).

       ¡Ven Espíritu Santo!  (cf. Lc 11, 13).

CANTO

Cuando Débil Soy – Martín Valverde

https://www.youtube.com/watch?v=efXpQTVlwsM

Acción Familiar

¿Encontramos que el llamado de Cristo en algunos momentos es demasiado demandante? ¿Cuándo encontramos que seguir el llamado es “un poco mucho”? Tenemos una estrategia para lidiar con esas circunstancias?.

Gesto

  1. Encender una vela.
  2. Comienzo: En el nombre del Padre….. (Señal de la Cruz)
  1. Gesto en Familia:

Sin olvidar que sigo en la Presencia de Dios, imagino a Jesús mismo, de pie o sentado a mi lado. Le digo todo lo que está en mi mente, y en mi corazón, tal como se le habla al mejor amigo. Luego se puede compartir con la familia.

  1. Oración final:

Dios creador del universo, de la luna y las estrellas,
de la tierra, de cada molécula, átomo,

de todo lo que es y existe:
Estás en cada latido de mi corazón.
Estás está conmigo, ahora.

Te pido ayuda para librarme de mis preocupaciones,
para llegar a amarte y servirte cada vez más.

Te doy gracias por los espacios para la esperanza,

el entusiasmo y el crecimiento que pones en mi vida.

Con tu ayuda me propongo entregarles el tiempo

y el espacio que necesiten, de aquí en adelante.

Te lo pido por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

pastoral

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