4 nov

Reflexión miércoles 4 de noviembre

PRIMERA LECTURA

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 2, 12-18

QUERIDOS hermanos, ya que siempre habéis obedecido, no sólo cuando yo estaba presente, sino mucho más ahora en mi ausencia, trabajad por vuestra salvación con temor y temblor, porque es Dios quien activa en vosotros el querer y el obrar para realizar su designio de amor.

Cualquier cosa que hagáis sea sin protestas ni discusiones, así seréis irreprochables y sencillos, hijos de Dios sin tacha, en medio de una gente perversa y depravada, entre la cual brilláis como lumbreras del mundo, manteniendo firme la palabra de la vida. Así en el día de Cristo, esa será mi gloria, porque mis trabajos no fueran inútiles ni mis fatigas tampoco. Y si mi sangre se ha de derramar, rociando el sacrificio litúrgico que es vuestra fe, yo estoy alegre y me asocio a vuestra alegría; por vuestra parte estad alegres y alegraos conmigo.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL   Sal 26, 1. 4. 13-14 (S/.: 1b)

R∫. El Señor es mi luz y mi salvación.

El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R∫.

R∫. El Señor es mi luz y mi salvación.

Una cosa pido al Señor, eso buscaré:
habitar en la casa del Señor por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R∫.

R∫. El Señor es mi luz y mi salvación.

Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R∫.

ALELUYA 1 Pe 4, 14

R∫.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V∫.   Si os ultrajan por el nombre de Cristo, bienaventurados vosotros, porque el Espíritu de Dios reposa sobre vosotros.   R∫.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas Lc 14, 25-33

EN aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo:

«Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío.

Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío.

Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo:

“Este hombre empezó a construir y no pudo acabar”.

¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que lo ataca con veinte mil?

Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz.

Así pues, todo aquel de entre vosotros que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.

Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

       Después de la exhortación que hace san Pablo a mantenerse firmes, unidos y humildes, hoy nos invita a obedecer a Dios: ya que siempre habéis obedecido… trabajad por vuestra salvación con temor y temblor. Así vivió Jesucristo: obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz. Y este es el camino de la vida, de la salvación.

       Anima a trabajar en pro de la propia salvación, a tomar en serio nuestro proceder en esta vida (cf. 1 Pe 1,17-21), porque es Dios quien activa en vosotros el querer y el obrar para realizar su designio de amor.

       Todo es gracia, todo es don. Pero Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti (san Agustín). «La libre iniciativa de Dios exige la respuesta libre del hombre, porque Dios creó al hombre a su imagen concediéndole, con la libertad, el poder de conocerle y amarle». «La justificación establece la colaboración entre la gracia de Dios y la libertad del hombre. Por parte del hombre se expresa en el asentimiento de la fe a la Palabra de Dios que lo invita a la conversión, y en la cooperación de la caridad al impulso del Espíritu Santo que lo previene y lo custodia» (cf. Catecismo 2002, 1991).

       Ser cristiano es seguir a Jesús. Sí, seguir a Jesús. No, seguirte a ti mismo, ni seguir el estilo de vida del mundo. Ser cristiano no es una teoría o un moralismo legalista: es tener un encuentro con Jesucristo vivo y resucitado que te invita a vivir una historia de amor con Él.

      Y el amor lo pide todo. No podemos amar a Dios sólo en lo que te conviene y cuando te conviene. El amor auténtico te invita a entregarte del todo, sin cálculos ni reservas, sabiendo que hay más dicha en dar que recibir (cf. Hch 20, 35) y que no quedarás defraudado, como hemos cantado en el salmo: Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida; gozar de la dulzura del Señor.

       ¡Ven Espíritu Santo!  (cf. Lc 11, 13).

CANTO

Te adoro a ti – Miel San Marcos

https://www.youtube.com/watch?v=ODCJijd-Udk&feature=youtu.be

Acción Familiar

                “El que no renuncia a todo lo que tiene, no podrá ser discípulo mío” (Lc 14,33) nos dice Jesús. El tener no se refiere solamente a lo material. Podemos estar atrapados y atados por nuestras pasiones, deseos, ilusiones. Muchas son nuestros propios planes los que nos impiden seguir a Jesús con la entrega que él quiere: con todo y corazón y con toda tu mente.

 Gesto

  1. Encender una vela.
  2. Comienzo: En el nombre del Padre….. (Señal de la Cruz)
  1. Gesto en Familia:

¿Cómo ha sido mi último día? ¿He sido buen discípulo de Jesús?

Comparto mis sentimientos abiertamente con el Señor y mi familia.

  1. Oración final:

Señor, ayúdame a estar totalmente contigo.

En Tu Santa Presencia.

Envuélveme en tu Amor.

Que mi corazón sea uno con el tuyo.

El saber que Dios me ama sin condiciones,

me permite ser honesto conmigo mismo.

Quiero entregarme una vida y a un amor más pleno,

pero mis deseos están a menudo amarrados por ilusiones irreales.

Ruego que Dios que me ayude a orquestar mis deseos

en una melodía vibrante, rica en armonía,

y llena de amor.

Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo,

Como era en un principio,

Ahora y siempre.

por los siglos de los siglos

Amén.

pastoral

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