20 jul

Reflexión sábado 20 de julio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (12,14-21):

En aquel tiempo, los fariseos planearon el modo de acabar con Jesús. Pero Jesús se enteró, se marchó de allí, y muchos le siguieron. Él los curó a todos, mandándoles que no lo descubrieran. Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías: «Mirad a mi siervo, mi elegido, mi amado, mi predilecto. Sobre él he puesto mi espíritu para que anuncie el derecho a las naciones. No porfiará, no gritará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará, hasta implantar el derecho; en su nombre esperarán las naciones.»

Palabra del Señor

Reflexión

Al saber Jesús que le querían eliminar, dejó el lugar: todavía no había llegado su hora. Su virtud sanadora está en plena actividad, pero Jesús quiere evitar una explosión popular, que sería contraria a su mesianismo.

Mateo resume la actividad curativa de Jesús e interpreta su mesianidad citando el primer cántico del Siervo de Yahveh en Is 42,1-4. En Jesús se realiza esa Escritura. Él es el Siervo elegido, el amado, en quien Dios se complace. Está lleno del Espíritu. Es humilde y silencioso, manso y comprensivo. Tendrá éxito en su empresa de justicia. Tiene un mensaje para las naciones, que pondrán en él su esperanza.

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