23 jul

Reflexión sábado 23 de julio

Lectura del santo evangelio según san Juan (15,1-8):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mi no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.»

Palabra del Señor

Reflexión

Sin mí no podéis hacer nada”. La frase de Jesús es rotunda. No dice: Sin mí podéis hacer poco. Sin Jesús no podemos hacer nada. Cuando trabajamos y nos atribuimos algo a nosotros, eso se lo estamos robando a Cristo. Un sarmiento separado de la vid, no puede dar ningún fruto. Esto nos hace ser humildes y sentir la necesidad que tenemos de Jesús. Es verdad que los sarmientos separados de la vid no pueden hacer nada. Pero me pregunto: ¿Y qué puede hacer una vid sin los sarmientos? Tampoco nada. Dios ha querido tener necesidad de nosotros. Para Él, y porque así lo ha querido, nosotros somos muy importantes.

¡Pedid lo que queráis! Esta frase tan comprometedora por parte de Jesús sólo la dice con esta condición: “Si permanecéis en mí y yo en vosotros”. Jesús quiere, a toda costa, que contemos con él, que le amemos como Él nos ama, que permanezcamos, es decir, que no nos cansemos, que no le olvidemos, que nos fiemos plenamente de Él.

¿Cuál es la gloria del Padre? La gloria, el orgullo, el gozo, la fiesta de un Padre es ver a sus hijos unidos. Eso le pasa a nuestro Padre Dios.  Sólo si nos amamos podemos dar fruto y ser sus discípulos.

Señor, te doy gracias por el afán, el interés que tienes de querer estar siempre conmigo. Haz que yo descubra que precisamente estando siempre contigo es como yo puedo ser feliz. Esto no es una teoría. Es la experiencia más fuerte de mi vida. Sólo he dejado de ser feliz cuando he intentado separarme de ti. Por eso he intentado buscarte enseguida. Señor, qué bueno has sido siempre conmigo. ¡Gracias!

Oración

Señor, en este día de la festividad de Santa Bígrida, co-patrona de Europa, quiero rogarte encarecidamente por Europa. Lamentablemente, en el terrero de la fe, ha quedado como “Una viña devastada” (Papa Benedicto). Haz que vuelva a correr por ella la misma savia, la misma vida de fe de otros tiempos. Tú, Señor, eres la Vid. No toleres que esa viña fecunda en otros tiempos, se convierta en un montón de sarmientos secos. No arranques la viña, Señor. Cuídala, riégala y hazla florecer de nuevo.

pastoral

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