Reflexión sábado 28 de septiembre
Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,43b-45):
En aquel tiempo, entre la admiración general por lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: «Meteos bien esto en la cabeza: al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres.»
Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro que no cogían el sentido. Y les daba miedo preguntarle sobre el asunto.
Palabra del Señor
Reflexión:
¿Cuántas veces huimos de las dificultades, de los problemas, de todo aquello que exige grandes sacrificios? Es natural evitar el dolor, pero el Evangelio de hoy nos muestra algo crucial: Jesús es claro en su programa de vida con nosotros. Amar implica sacrificios, incomprensiones, y enfrentar dificultades. A veces, las cosas no salen como esperamos, y eso puede desanimarnos. Pero Jesús no deja lugar a dudas.
Él nos enseña con su propia vida que no hay otro camino. Sólo este amor, el amor que se entrega y se sacrifica, puede dar verdadero sentido a nuestras vidas. Este amor es el único que trasciende el tiempo y las circunstancias, y tiene una promesa inquebrantable: siempre, siempre termina en resurrección.
Dios no abandona a quien ama. Es cierto que pasaremos por dificultades y cruces, pero el amor siempre triunfa. Optemos por amar, porque es lo único que realmente llena de sentido nuestras vidas y lo que verdaderamente puede transformar este mundo.