Reflexión sábado 4 de diciembre
Oración que nos prepara a la escucha de la Palabra
Señor Jesús, porque mi fe es débil, ante los problemas cotidianos de la vida frecuentemente me siento como oveja sin pastor. Ilumina este rato de oración para que sepa ser fiel a las innumerables gracias que Tú me ofreces generosamente. Haz Jesús, que Tú seas todo para mí y que viva con la inquietud y el ansia de proclamar tu Buena Nueva a todas las personas.
Lectura del evangelio. Mateo (9, 35. 10, 1. 6-8)
En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Y llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia.
Les dijo: “Id más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Id y proclamad en que el Reino de los Cielos está cerca. Curad a los enfermos, resucitad a los muertos, purificad a los leprosos, echad fuera a los demonios. Gratuitamente lo habéis recibido dadlo gratis”
Palabra del Señor
Reflexión
“Id a las ovejas perdidas”.
En la parábola de Jesús, la oveja perdida era una y las otras noventa y nueve estaban en el aprisco. Y, sin embargo, el pastor deja las noventa y nueve y va a buscar la única que se le había perdido. Y uno se pregunta: ¿Qué hubiera hecho ese pastor si se le hubieran perdido las noventa y nueve? ¿Se hubiera quedado tranquilo cuidando la única que le quedaba? ¿Y hubiera dormido tranquilo sabiendo que las otras 99 las tenía perdidas? Pensemos en nuestra situación actual: Metemos horas en cuidar los pocos que nos vienen y apenas hacemos nada por recuperar los que están fuera. Y seguimos durmiendo a pierna suelta.
“Proclamad que el reino de Dios está cerca”.
Esta es la noticia que tenemos que dar: Que Dios siempre está cerca, que no nos abandona nunca, que no se cansa de nosotros, que nos sigue queriendo, aunque nosotros no le respondamos con amor. Nos tenemos que preguntar seriamente si el motivo de que se nos haya ido tanta gente de la Iglesia no estará en que no hemos sabido presentar el verdadero rostro de Dios, tal y como nos lo presenta Jesús.
“Dad el evangelio gratis”.
Dios no tiene precio y no se puede comprar con nada; ni con Misas, ni con rosarios, ni con novenas. Él se nos da gratis. Y sólo cuando nos reconocemos “regalo de Dios” podemos hacer de nuestra vida un regalo para los demás.