6 may

Reflexión viernes 6 de mayo

Lectura del santo evangelio según san Juan (6,52-59):

EN aquel tiempo, disputaban los judíos entre sí:
«¿Cómo puede este darnos a comer su carne?».
Entonces Jesús les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.
Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí.
Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre».
Esto lo dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba en Cafarnaún.

Palabra del Señor

Reflexión

Seguimos reflexionando como toda la semana en este discurso de Jesús sobre el Pan de Vida.Particularmente no me canso nunca de escuchar estas palabras de Jesús que resuenan una y otra vez en mi corazón:“Yo soy el Pan vivo bajado del cielo” “El que coma de este Pan vivirá eternamente”

 

Qué alegría inmensa es saber que cada vez que nos acercamos a Jesús a través del Pan de su Palabra y el Pan de la Eucaristía nos unimos y permanecemos en él y él en nosotros.

 

¿Has pensado el milagro que significa que Jesús permanezca en ti? ¿Alguna vez te preguntaste: Cuál es gran deseo de Jesús? Justamente es ese; él quiere permanecer en ti, morar en ti, en cada uno de nosotros. Porque si Jesús vive en ti toda tu persona se transforma, todos tus deseos, todos tus anhelos, todos tus pensamientos, todos tus sentimientos se van a ver empapados y abrazados por Aquel que hace Nuevas todas las cosas. Es decir, llegarás a ser, como dice la palabra de Dios, una nueva criatura.

Y esto es lo que necesita el mundo de hoy, ver cristianos renovados por la fuerza del amor y la alegría que vienen de Jesús. Y lo mejor de todo es que Jesús te necesita a ti para comenzar esta tarea.

No importa si el lugar donde te toca estar: el trabajo o el estudio se muestran escépticos o dudosos con respecto a esta Verdad. Tú con tu alegría de saber que Jesús llena completamente tu ser y tu existir serás un verdadero testigo de la resurrección para todos ellos.

No te olvides que la alegría contagia, pero también cuestiona y quizá por tu testimonio, por tu forma de ver la vida o por tu forma de actuar otros también lleguen a decir: «Yo también quiero eso.» Y ese será el momento oportuno para hablarles de Jesús. Que Él también puede hacer grandes cosas por aquellos que lo buscan y le abren su corazón.

pastoral

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