Cómo ayudar a una persona que ha perdido un ser querido.
Cómo ayudar a una persona que ha perdido un ser querido, por Esperanza Dongil.
La muerte es un tema tabú en nuestra sociedad. Cuando se pierde un ser querido, rara vez se permite a la persona en duelo hablar del fallecido o de las circunstancias que rodearon la pérdida por estar estigmatizado como algo mórbido, insano o contraproducente. Existe la creencia de que lo mejor que podemos hacer es distraer a la persona que sufre de su dolor, bloqueando así cualquier intento de expresión de sus sentimientos.
Esta idea, unida al no saber qué hacer y al deseo de ayudar, hace que algunas personas recurran a las frases hechas:
Tienes que olvidar, era su destino, ya está descansando, llorando no vas a solucionar nada, Dios se lo ha llevado, hay que seguir viviendo, hay personas en peor situación que tú, a mal tiempo buena cara, hay que ser fuerte…
Este tipo de frases lejos de ayudar, hieren profundamente los sentimientos de la persona, produciendo un intenso dolor y una sensación de vacío y soledad al no sentirse comprendida ni escuchada, aumentando su pena y empeorando la situación. La persona en duelo necesita desesperadamente hablar de su ser querido y de lo que está viviendo, sólo así podrá dar salida a su sufrimiento.
Si queremos ayudar a una persona que ha perdido un ser querido conviene tener en cuenta algunas actitudes que debemos evitar. Por ejemplo, no decirle que sabemos cómo se siente, pues no lo sabemos. No actuar como si nada hubiera ocurrido, cambiarle de conversación o quitarle importancia a lo que ha pasado hablándole de lo que todavía le queda. No hacer comparaciones con las pérdidas de otras personas o empeñarnos en distraerle de su dolor sugiriéndole curas geográficas, embarazo, traslados o cambios de vida muy repentinos. No es el momento. No juzgar sus sentimientos diciéndole como debería sentirse a cada momento. Lo mejor que podemos hacer es permitir que se desahogue, que exprese su dolor, pena, rabia, tristeza, dejándole hablar, respetando lo que siente, sin pensar que tenemos que dar consejos constantemente o estar levantando el ánimo. Compartir recuerdos de la persona fallecida (fotos, videos, anécdotas…) o recordar al ser querido es un consuelo para los supervivientes.
Evitar el facilismo del tienes que olvidar o el llámame si me necesitas. Si realmente queremos ayudar debemos intentar mantener el contacto nosotros. Una llamada telefónica o una breve visita pueden resultar milagrosas. Si no sabemos qué hacer, podemos colaborar en algunas tareas como hacer la compra o encargarnos del papeleo, procurando estar cerca en sus “primeras veces” o primeras fechas emotivas sin el ser querido (primer cumpleaños, primeras navidades, primeras vacaciones, etc.…).
Si no sabemos qué decir, mejor no decir nada. Permanecer a su lado y permitirle expresar sus sentimientos es la mejor ayuda que podemos ofrecerle. Y sobre todo, no tener ningún temor a nombrar al fallecido o a emocionarnos con su recuerdo, no hay nada de malo en ello, la persona se sentirá muy aliviada al comprobar que también apreciábamos a quien se ha ido y que también nos afecta lo que ha pasado.
Sobre la autora
Esperanza Dongil Collado. Doctora en psicología por la Universidad de Valencia. Imparte su docencia en la Facultad de Psicología de la Universidad Católica de Valencia, en materias de Grado y Máster y en la Universidad Jaume I de Castellón.
Ha impartido su docencia como profesora asociada en el departamento de Psicología de la Personalidad de la Universidad de Valencia y en la Universidad de Deusto durante 6 años.
Es miembro del grupo de investigación “Cognición, emoción y salud” de la Universidad Complutense de Madrid. Su línea principal de investigación se centra en el estudio de las consecuencias psicopatológicas del estrés y el trauma. Línea en la que ha publicado diferentes artículos y capítulos de libro sobre el trastorno de estrés postraumático, la intervención en crisis y el estrés laboral y sus consecuencias.
Coordina la Comisión de «Estrés Postraumático» de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS). Pertenece a la Red Nacional de psicólogos para la atención a víctimas del terrorismo del Ministerio del Interior.
Es investigadora del estudio PsicAP (Psicología en Atención Primaria) un proyecto piloto promovido por Psicofundación, para tratar los desórdenes emocionales en atención primaria con técnicas psicológicas basadas en la evidencia.
Colabora con las revistas “Anuales de Psicología”, “Psicothema”, “Revista Española de Medicina Legal” y “Ansiedad y Estrés” en calidad de revisora científica de artículos.
Coautora de la página web del Ministerio de Sanidad sobre Bienestar Emocional.
Ha escrito libros como: Nuevo tratamiento psicológico del pánico y la agorafobia. Ed. Síntesis; El Estrés. Como aprender a superarlo. Ed. Océano
Postgrados Facultad de Psicología, Logopedia y Terapia Ocupacional de la UCV
Máster Universitario en Relación de Ayuda y Counselling
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