Arteterapia y salas multisensoriales, por Eva Muñoz Guinea
Arteterapia y salas multisensoriales, por Eva Muñoz Guinea
El arteterapia propone la utilización de técnicas y recursos artísticos con fines terapéuticos, pero esta disciplina, que generalmente ha utilizado técnicas tradicionales como la pintura, el collage o el modelado, ha derivado a una utilización de propuestas que parten de nuevos comportamientos artísticos, nacidos en las segundas vanguardias. El arte conceptual, la instalación, la performance, los ambientes o el land art, entre otras corrientes artísticas, han ampliado el panorama artístico y, por extensión, el arteterapéutico. Dentro de esta actualización de los paradigmas arteterapéuticos se plantea el espacio acotado como intervención artística y multisensorial.
En este sentido, encontramos diferentes referentes vinculados al arte y a la terapia. Cabe mencionar a la artista Ligia Clarck, quien convertía sus obras en interacciones performativas con un espectador transformado en paciente; a Louise Bourgeois, que dotaba de sentido terapéutico a sus recuerdos del pasado a través de instalaciones; a James Turell, que, en un sentido más inmaterial, plantea espacios luminosos en donde el autor indaga sobre la percepción; a Graham Stevens, que crea estructuras neumáticas en las que potencia el sentido táctil del espectador provocando un efecto retroactivo con el entorno; o a Doug Wheeler, que construyó un sistema en el que la luz y la temperatura cambiaban, con el interés artístico de dilatar los sentidos. Estos y otros artistas han contribuido a entender el hecho artístico como un lugar para la interacción del espectador y la estimulación, no solo estética, sino sensorial.
Tomando como punto de partida estos ámbitos artísticos, el arteterapia bebe de estas propuestas para confeccionar sesiones terapéuticas basadas en la hibridación de lenguajes artísticos. Mediante la combinación del espacio y de los elementos intermediarios de la luz, del color y, por supuesto, de la música se generan lugares acotados para la apertura de los canales sensoriales y se transforman en espacios terapéuticos de interacción y sensibilización, que pueden conseguir diferentes beneficios en los usuarios. Como ejemplo empírico tenemos los resultados obtenidos en los espacios Snoezelen que, si bien son realizados con materiales estandarizados y están desprovistos de intención artística, tienen diversos puntos de conexión con los ámbitos artísticos expuestos.
Las salas Snoezelen tienen como objetivo potenciar todas las entradas sensoriales. Tal y como expone Cid y Camp (2016), diversas investigaciones científicas, como las de Kwok (2003), aseguran que promueven la relajación, potencian el autocontrol, incentivan la exploración y el desarrollo de capacidades creativas. Las salas establecen una buena comunicación con el personal que conduce la sesión, proporcionan una situación de ocio y bienestar, aumentan el nivel de concentración y de atención, y reducen las alteraciones de conducta. Según Hotz (2006), la utilización de estas salas disminuye la química del estrés y aumenta la química de la relajación. A su vez, Chan (2005) expone que promueven la expresión de emociones positivas en los sujetos y Fava y Strauss (2010) plantean que las salas multisensoriales contribuyeron a disminuir comportamientos disruptivos en una muestra de individuos que presentaba autismo, además de discapacidad intelectual.
Éstas y otras investigaciones arteterapéuticas y artísticas corroboran la eficacia de la utilización de estos espacios en diferentes ámbitos de actuación terapéutica. Los resultados en personas con discapacidad intelectual y problemas de aprendizaje, enfermedad mental, personas con Alzheimer o cuidados paliativos son positivos, aunque las muestras no son suficientemente significativas, parecen apuntar al éxito de estos espacios para la estimulación sensorial.
Los espacios multisensoriales, pues, configurados como lugares acotados para la terapia, potencian la estimulación de los canales sensoriales, provocan reacciones tales como la relajación, el movimiento o la interacción del usuario. Proponer espacios y momentos donde se vivencien situaciones de indagación sensorial o estética ayuda a desarrollar la creatividad, la comunicación intra e interpersonal y la exploración de las propias potencialidades de los usuarios.
Sobre la autora
Eva Muñoz Guinea. Doctora en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, Experta en Terapias Expresivas y Arteterapia Transdisciplinar por la Universidad Europea de Valencia, docente del Grado de Magisterio y del Grado de Educación Social de la UCV, del Máster Universitario en Musicoterapia de la UCV, del Máster Universitario en Formación del profesorado en Educación Secundaria, Bachillerato y Formación profesional de la UCV y del Máster Universitario en Musicoterapia de la Universidad Miguel Hernández. En el ámbito aplicado trabaja en programas de estimulación sensorial mediante instalaciones artísticas en centros de atención temprana. En la investigación, es miembro de grupo de investigación “El arte como expresión y herramienta en ámbitos educativos, terapéuticos y estéticos” de la UCV. Ha publicado el artículo científico Terapias expresivas a través de la instalación en Papeles de Arteterapia para la educación artística y la inclusión social (2016).
Máster Universitario de Musicoterapia
Postgrados de Psicología, Logopedia y Terapia Ocupacional