¿QUÉ PUEDO HACER PARA SER MÁS FELIZ?

Son muchas las investigaciones que se han realizado en los últimos años acerca de la felicidad y de los factores que se relacionan con ella, incrementando así los conocimientos sobre el estudio científico de aquello que la gente tanto ansía saber: “¿qué puedo hacer para ser feliz”.

Desde siempre, escritores, poetas, filósofos, profesionales de la salud mental, incluso santos, han hablado de “fórmulas” para alcanzar este deseo tan preciado: “carecer de algunas de las cosas que uno más desea es condición indispensable de la felicidad” dijo Bertrand Russell, Aristóteles por su parte consideraba que la felicidad no era otra cosas sino “hacer el bien”, el Dalai Lama simplifica el secreto de hacer feliz a los demás y a uno mismo en una sola condición: ser caritativo, y la Madre Teresa de Calcuta destacó la responsabilidad de cada hombre de hacer felices a los demás: “no debemos permitir que alguien se aleje nunca de nuestra presencia sin sentirse mejor y feliz”.  De los resultados de los estudios se desprende que muchos de ellos no iban mal encaminados, ya que algunas de estas investigaciones han destacado el papel de la amabilidad con los demás y de implicarse en buenos actos en la experiencia de felicidad subjetiva.

Es importante tener en cuenta que entre las personas que dicen ser felices y las que dicen no serlo, no existen diferencias en cuanto a los acontecimientos negativos; es decir, ambos grupos de personas tienen emociones negativas y sufren acontecimientos negativos. Esto demuestra que no es cierta la creencia de algunos que afirman que la gente que es feliz es porque no les sucede nada malo y tienen una vida “fácil”. Las experiencias positivas y negativas no son incompatibles. Las personas que dicen ser felices no son necesariamente aquellas que no tienen problemas.

Resumiendo, los estudios de los últimos años dan una pista sobre cómo lograr aquello que tanto buscamos: Involucrarse en buenos actos para ayudar a los que lo necesitan, y ser agradecidos cuando otros son amables con uno mismo contribuye, y mucho, a lograr esta felicidad subjetiva. Esto es, las personas que dicen ser felices, no sólo se involucran más en buenos actos, sino que además reconocen y agradecen lo que los demás hacen por ellos. Así que se convierte en un círculo que se retroalimenta por si solo: las personas que hacen cosas por los demás, también son más agradecidos cuando hacen algo por ellas, y la gratitud está relacionada con sentirse feliz, y las personas felices se sienten más motivadas para involucrarse en buenos actos.

Autora: Dña. Fátima Lorca

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