Lectura rápida

Una persona adulta lee, aproximadamente, unas 250 palabras por minuto, ¿te imaginas la cantidad de tiempo que tienes que destinar para (solo) leer todos los apuntes que tienes?

Leer todos los apuntes de todas las asignaturas puede ser una tarea tediosa pero, si se emplean técnicas de lectura rápida la velocidad puede incrementarse y se puede llegar a leer entre 400 y 700 palabras por minuto. ¡El tiempo que puedes ahorrar en una primera toma de contacto con la asignatura! La diferencia es notable, pero lo importante es que la velocidad de lectura también signifique comprensión de lo leído. Desde el Servicio de Orientación queremos ayudarte para que tu estudio sea lo más fácil posible, por eso te presentamos en este post esta técnica de estudio: la lectura rápida.

La técnica de la lectura rápida tiene infinidad de beneficios porque, además de destinar menos tiempo en la lectura, conseguirás mayor concentración, conocerás más información y aprenderás a reconocer términos e ideas clave y los interiorizarás. Asimismo, a través de la lectura rápida también mejorarás la capacidad de asociación de conocimientos que ya tenías con conceptos nuevos.

Entre las principales recomendaciones para realizar una correcta lectura rápida tenemos:

  • La concentración. Como decía Steve Jobs, “Pensamos que la concentración significa decir SÍ a la cosa en la que te quieres concentrar. Pero eso no es lo que significa en absoluto. Concentrarse significa decir NO a otros cientos de buenas ideas que están presentes. Tienes que elegir con cuidado. Estoy tan orgulloso de las cosas que no hemos hecho, como de las cosas que hemos hecho.” Así, concentración significa decir NO a consultar tu teléfono móvil o las redes sociales, a mirar al horizonte, a leer las noticias, etc. Concentración significa decir NO a la multi-tarea y centrarnos en una sola cosa, la lectura.
  • No vocalizar, no decir las palabras que se van leyendo. Cualquier «tarareo» o tipo sonido afectará negativamente a la velocidad de lectura.
  • No leas más rápido de lo que tu capacidad de comprensión te permite; usa distintas velocidades dependiendo del tipo de texto o párrafo al que te enfrentas y cambiar de técnica según las necesidades concretas.
  • Evita la re-lectura o la vuelta atrás. Releer palabras o frases es un hábito que reducirá la velocidad al paso de tortuga. Generalmente, es innecesario la relectura de las palabras, dado que las ideas suelen ser explicadas y elaboradas de forma más completa en los contextos posteriores.
  • Desarrolla un amplio espectro de visión en la lectura. Esto ayudará a leer más de una palabra de un vistazo.
  • Mantén una actitud de seguridad y confianza. Hay que perseguir un entrenamiento en el hábito de la lectura rápida con una actitud positiva y con confianza en nosotros mismos. Debemos convencernos del principio ya expuesto de que el incremento de la velocidad de lectura y el de la comprensión van parejos.

Mejorar la velocidad de lectura es una cuestión de práctica y de técnica. Debes tener en cuenta que es una combinación de elementos físicos (el movimiento de los ojos) y elementos mentales (la capacidad de comprensión). A continuación te describimos algunas técnicas que pueden ser útiles para conseguir una lectura rápida.

  • Seguir la línea. Si utilizamos el dedo o un lápiz para marcar la línea por la que vamos conseguimos tener un enfoque más definido. Los ojos se fijan en el puntero y se evita que se haya saltos de línea, es decir, se avanza la lectura de manera uniforme sin tantos despistes ni regresiones hacia líneas anteriores. Además, según se incrementa la velocidad con el dedo o el lápiz, la concentración será mayor y se captan rápidamente las palabras clave.
  • Movimiento en zigzag. Esta técnica es aconsejable a la hora de hacer repasos o analizar las líneas generales de un documento. Al mover el dedo en zigzag  sobre el texto estás buscando aquellos términos que te permitan hacer un dibujo general del texto o, en el caso de un repaso, recordar los conceptos más importantes.
  • Búsqueda de conceptos clave. Es la también llamada lectura diagonal, en la que sobrevolamos un texto buscando los conceptos clave. Es parecida a la lectura en zigzag, pero con esta técnica saltamos de párrafo en párrafo fijando la atención en la información que nos parece más interesante. De esta manera conseguimos una imagen general del conjunto del documento. Con esta fórmula se consigue gran velocidad lectora y de obtención de datos relevantes.
  • Lectura desordenada. Es como escanear un documento de manera rápida con la mirada. Revisar de manera incluso desordenada todos aquellos elementos que nos ayuden a definir qué se aborda en el texto. Por ejemplo, en el caso de un libro se lee la contraportada, el índice, los subtítulos, los encabezamientos de los capítulos o todos aquellos elementos que capten a simple vista nuestra atención como fotografías, diagramas, etcétera. De esta manera, sin leer de manera completa el texto obtendremos una idea bastante definida sobre lo que nos vamos a encontrar si hacemos una lectura con más detenimiento.

En definitiva, ¿para qué te va a servir la lectura rápida? Primero, para aumentar la COMPRENSIÓN de la lectura. Segundo, para aumentar la RETENCIÓN de la lectura. Y tercero, para aumentar la VELOCIDAD de la lectura.

Recuerda que el Servicio de Orientación puede ayudarte en este y otros temas. Pide cita con tu orientador.

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