Experiencias Erasmus en PORTUGAL – 4 alumnas de la Facultad de Enfermería

PORTUGAL (Oporto)

Marta Pérez Folgado

Tras 3 meses de Erasmus en Oporto, puedo decir claramente que irme de Erasmus ha sido LA MEJOR EXPERENCIA DE MI VIDA.

Aún recuerdo los exámenes finales de enero y todas las navidades haciéndome a la idea de que me había lanzado a una nueva aventura, y así empezaba a contar los días para irme a la que hoy es mi ciudad favorita del mundo, mi pequeña Porto.  El día 21 cogí el avión a Porto sin saber que me esperaría, con alguna que otra lagrima y con miedo, mucho miedo a lo desconocido.

El día 23 llegaron las que iban a ser mis compañeras de piso, futuras enfermeras y las que, a día de hoy, son como mi segunda familia. Tuvimos mucha suerte ya que escogimos un piso cerca del centro, pero Porto es muy pequeña y tienes mucha facilidad para moverte en metro o andando. La primera semana aún no teníamos prácticas, lo que nos vino muy bien para conocernos más, hacer un mini viaje a Lisboa o simplemente salir a caminar cada tarde y descubrir cada rincón de Porto. Cierto es que la primera semana se hace más dura, tienes que acabar de hacer papeles, acoplarte a la ciudad, hacer tu primera compra o poner tu primera lavadora, echando en todo momento de menos Valencia, tu casa y tu gente.

Sin embargo conforme pasan los días se hace rutina salir cada Viernes al More, desayunar con tus compañeras todos los días antes de prácticas, noche de pizzas con más gente Erasmus, andar hasta acabar en Ribeira, los atardeceres con tus amigos en Jardim do Morro,  hacer la compra en el Pingo mirando las ofertas… Empiezas a verte en planes que nunca te hubieras visto en ellos, a conocer gente nueva cada día, a abrirte, a hacer vínculos, a conocer a gente que sabes que va a dejar huella para toda la vida.  Y la gente con la que convives al final acaba conociendo cada gesto tuyo, tu canción favorita, tus pros y tus contras, tu mal despertar, tus manías… y sabes que siempre, estén donde estén, serán tu segunda familia. Y te das cuenta de que te sientes bien, de que estás en tu zona de confort y que no quieres que tu Erasmus acabe.

Y cuando quedan días para irte empieza la cuenta atrás, empiezas a pensar en cada persona o cada rincón del que te tienes que despedir, a rememorar cada anécdota o fiesta, a pensar en todo lo que has cambiado en apenas 3 meses. Y es que la persona que empieza un Erasmus es totalmente distinta a la que se va, es una persona nueva, más madura, más abierta, que ha aprendido a valorar las pequeñas cosas de la vida, más formada a nivel profesional y personal.

Realicé mis prácticas en el Hospital Pedro Hispano. Estuve la mitad de las prácticas en Urgencias y la otra mitad en Cirugía Menor Ambulatoria.  Personalmente en Oporto es donde más he aprendido a nivel teórico y práctico.  Pues los enfermeros portugueses saben mucha teoría y te hacían preguntas o buscabas con ellos información sobre enfermedades o fármacos, de manera que refrescas el conocimiento teórico de la carrera y cada día aprendes algo nuevo. En Urgencias mi compañera y yo tuvimos la suerte de estar con dos grandes enfermeros llamados Sandra y Tyago. Las primeras semanas son algo duras por la barrera del idioma y porque allí hay técnicas que se realizan de distinta manera. Sin embargo, nuestros enfermeros en todo momento nos ayudaron con el idioma, tenían mucha paciencia, se interesaban por las costumbres de España, nos enseñaban las costumbres portuguesas …. y con el tiempo eras una enfermera más del servicio. Me dejaron realizar muchas técnicas como: sondaje vesical, coger vías, preparar medicación, análisis de sangre, triaje, analizar casos clínicos, tomar las constantes, hacer curas. Es cierto que, para ello, las primeras semanas tuve que ponerme las pilas con el portugués, y esforzarme por buscar palabras que no entendía o traducirme algunas frases.  Mi segunda parte de las prácticas fue en Cirugía Menor Ambulatoria, donde cada día íbamos rotando de sala (preoperatorio, quirófano o postoperatorio). Además de aprender a nivel teórico o práctico, estas prácticas me han servido para espabilarme y saber apañármelas en un entorno desconocido y en otro idioma, demostrándome a mí misma que con interés y ganas puedo vencer los obstáculos que me pongan a nivel profesional.

Por todo ello, si tienes la oportunidad, vete de Erasmus, no te lo pienses dos veces, coge tus miedos e inseguridades y a comerte el mundo con ellos, porque lo que parece una idea loca acaba siendo la mejor aventura de tu vida.

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PORTUGAL (Lisboa)

Beatriz Pardos

Recuerdo el día que elegí ir a Lisboa, estaba indecisa entre una ciudad del norte de Europa X y esta. Hoy por hoy no me arrepiento en absoluto de haber elegido este destino, puede que esté cerca de nuestro país y no llame mucho vuestra atención, pero os aseguro que descubriréis todo un mundo de personas geniales y lugares que nunca pensasteis tener tan cerca y que fuesen tan diferentes a nuestro entorno. Porque otra cosa que quería comentaros, los portugueses no son para nada como los españoles, son muy muy diferentes en todo. Pero bueno el puntillo que me flipa de Lisboa es que hay muchos brasileños, y la felicidad y amabilidad que transmiten, pocas ciudades la tienen.

Lisboa es una ciudad con mucha variedad cultural, en la que podréis hacer amigos de un montón de sitios del mundo, desde América hasta Asia… esto personalmente me hizo madurar muchísimo.

También es una ciudad con muchísima fiesta, puedes encontrar bastantes pubs en la zona de Barrio Alto que os enamorarán por el ambientazo de Erasmus. En cuanto a las discotecas, que dan al Rio Tajo, también hay bastante variedad por la demanda de extranjeros que van de erasmus, a trabajar o a pasar sus vacaciones.

Sea el día que sea, allá donde vayáis, calles, plazas, callejones, salidas de metro. encontraréis jóvenes bailando todo tipo de música, o cantantes con su guitarra y su rollito tan bohemio que define tan bien a la ciudad de Lisboa.

Personalmente, recomiendo este lugar si quieres conocer gente alegre, abrir tu mente y sobre todo amar la ciudad, porque estoy segura de que os enamoraréis si decidís ir.

¡En cuanto a la comida, es genial! Barata y buenísima (Bacalhau à Brás, para chuparse los dedos).

En cuanto al transporte, es muy fácil moverse por Lisboa y bastante barato.

Los pisos… bueno, todo es cuestión de ponerse a buscar pronto. Yo vivía en el centro y súper barato (275euros) pero porque me puse a buscar alojamiento pronto, si esperáis vivir en una zona guay y cogerla el último mes, acabaréis pagando un dineral y a las afueras de la ciudad.

Por último, y para nada menos importante, las prácticas… no todo iba a ser tan bueno, obviamente. Como todo, tiene su lado bueno y su lado malo. Las prácticas son duras, no os voy a mentir, pero os aseguro que saldréis de Lisboa siendo unos enfermeros/as 10 y de verdad, UNOS ENFERMERA/OS 10.

¡En fin, todo dicho, no os arrepentiréis!

P.d: ¡elijáis el destino que elijáis, id dispuestos a abrir la mente y a comeros el país!

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PORTUGAL (Coimbra)

María Teresa Asís

Mi elección de ir de ERASMUS fue pura suerte, pues tenía pensado ir pero se me pasó el plazo y luego en verano me llego un correo que habían plazas libres y ahí estaba la plaza de Coímbra, la elegí y no me arrepiento para nada haber elegido este destino. No fui consciente de mi decisión hasta las 24 horas antes de coger un avión con Elsa, otra estudiante de enfermería que iba a realizar la misma aventura que yo. Cuando llegamos a Coimbra después de haber cogido un avión, metro y bus para llegar, no me iba a imaginar que iban a ser los 3 meses más interesantes de mi vida, muchas experiencias, aprender a manejarte en una ciudad que no es la tuya, gente que no conoces… Coímbra una ciudad pequeña, muy bonita en la que la gente te acoge con los brazos abiertos.

Me perdí las Fallas, pero no me arrepiento para nada ya que el tiempo pasa volando y el vivir la experiencia del Erasmus solo pasa una vez en la vida y las fallas son todos los años. También semana santa, pascua, cumpleaños… pero aquellas experiencias vividas no se pueden repetir todos los años, es una experiencia única.

La experiencia en el hospital ha sido buena, aprendes a ver cómo trabajan en otro país que no es el tuyo, la forma en la que está organizado el hospital, la planta en la que te toca hacer las prácticas. Las enfermeras te acogen con los siguientes brazos abiertos.

Yo fui sin saber nada de portugués, pero gracias a las clases que imparte la escuela de enfermería de Coimbra aprendes las cosas básicas que vas a necesitar tanto en el hospital como en la vida diaria. Yo recomiendo que vayas con algo de portugués aprendido ya que siempre es mejor.

Durante esta experiencia he conocido a gente que también estaba realizando esta experiencia maravillosa gente de otro país, otros que son de la misma ciudad que tú y otra de otras partes de España. He podido conocer la cultura portuguesa desde dentro ya que he vivido durante 3 meses con 9 chicas portuguesas. He podido estar durante las fiestas de “Queima das fitas” una fiesta que realizan los estudiantes de la universidad de Coimbra, es toda una semana de conciertos, actos… una semana muy intensa y grande en Coimbra; se celebra el fin de curso.

También hemos podido ir a las Azores, en concreto a la isla de Saõ Miguel, una isla de origen volcánica preciosa. Tiene mucha vegetación, mucha ganadería bovina en la que hay mucha empresa de quesos y leche. Tiene unos lagos, unos acantilados y unas playas preciosas.

Recomiendo esta experiencia 100% que estas oportunidades que te da la universidad hay que aprovecharlas para salir de tu zona de confort.

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PORTUGAL (Oporto)

Paula García

Me encontraba estudiando para los exámenes de Mayo de 2º de Enfermería cuando recibí un correo, quedaban plazas libres para ir de Erasmus. La idea de hacer un Erasmus nunca había pasado por mi cabeza, poco después me lo empecé a plantear, hasta que finalmente lo acepté.

Se acercaban los días previos a irme, y con ellos, los preparativos, nervios y despedidas.

Cuando subí al avión con destino a Oporto, no sabía que iba a vivir una de las mejores experiencias de mi vida. Por no decir la mejor hasta el momento.

Llegamos a Oporto 4 chicas. Apenas nos conocíamos. Algunos “whatsapps” planeando el viaje, buscando piso y hablando de qué nos íbamos a llevar en las maletas, pero a los pocos días ya me di cuenta de que iban a ser ese tipo de personas que dejan huella. Ese tipo de personas que se quedan para siempre.

Ellas han sido las responsables de que me sintiese como en casa. Aparte de ellas he ido conociendo a gente, cada día me encontraba con una persona nueva, llegando a formar una gran familia.

En cuanto a mi estancia, vivía en un piso al que me costó un poco adaptarme, pero que, con el paso de los días, se convirtió en mi hogar. Hogar del que después no quería separarme.

El piso se encontraba a 7 minutos del metro (Faría Guimarães), que a veces, se convertían en 3 cuando nos tocaba correr porque llegábamos tarde a las prácticas.

Al estar por el centro de Oporto, solo hacía uso del metro para ir a prácticas, me saqué un bono mensual que costaba 28€, y entraba el metro, tren, tranvía, autobús y funicular.

Si sabes organizarte, puedes llevarlo todo hacia adelante. Las prácticas quitan mucho tiempo, y junto a ellas todos los trabajos que se tienen que hacer de la universidad. Pero la idea es cogerlo todo con ganas, y aprovechar cada momento, si no, después uno se arrepiente.

Los días y las tardes libres las ocupaba visitando los puntos más famosos de la ciudad, como la zona de “Alliados” donde se encuentra el ayuntamiento de la ciudad. Muy cerca se encuentra, “Santa Catarina” (la Calle Colón de Valencia) donde iba a pasear por las tiendas, a comerme una “Francesinha” en Café Santiago o un helado en Amorino. La estación de “São Bento” y la catedral también estaban muy cerca, o la famosa librería “Lello” en la que yo, como fan de Harry Potter, no podía evitar perderme entre sus libros cada vez que la visitaba.

Cuando estaba a punto de atardecer me gustaba ir a la “Ribeira”, mi sitio favorito de Oporto, donde me sentaba con mis amigas en las terrazas y pasaban las horas, mientras los músicos hacían sonar sus instrumentos y el sol se ponía. O también pasaba al otro lado del puente “Dom Luis” hacia Vila Nova de Gaia, y subía hasta el “Jardim Do Morro”, donde esperaba que se escondiese el sol rodeada de gaviotas y gente bebiendo “Super Bock” y “Somersby”.

Por la noche me encantaba ir a “Adega Leonor”, o a “Galerías París” donde se respira el ambiente Erasmus, ya que son unas zonas de la ciudad donde a los erasmus nos gustaba ir a hacernos alguna copa.

Otra de mis cosas favoritas era perderme por la ciudad y por sus infinitas calles llenas de encanto. No es una ciudad muy moderna y creo que es precisamente por eso por lo que enamora a cada persona que la visita.

Los días que no tenía practicas visité otras ciudades, como Lisboa, Coímbra y Aveiro, tres ciudades muy diferentes, pero de todas me llevo un recuerdo para siempre.

Respecto a mis prácticas, realicé dos periodos, uno en UCA (Unidad de Cirugía Ambulatoria) y otro en el servicio de Urgencias en el Hospital Pedro Hispano de Matosinhos.

En cirugía ambulatoria estuve desde principios de febrero hasta mediados de marzo. En este periodo me encontré con la dificultad del idioma, cosa que sabía que al principio me iba a pasar, porque aun sabiendo que me iba a Oporto a pasar unos meses, no me fui preparada. Poco a poco me fui relacionando con el idioma y el servicio, muy ayudada por mi enfermera Diana, preguntándole sobre las formas de hacer allí las cosas, las diferentes técnicas, diferencias de material y personal, ya que no en todos los países encontramos enfermeras, auxiliares y celadores.

La buena relación con la enfermera fue recíproca, ella también se fue interesando por la cultura española, los hospitales, técnicas…

Terminé mi estancia en el servicio de Urgencias, donde realicé las prácticas con mucha autonomía. Me enseñaron el sistema de “triage de Manchester” para clasificar y priorizar pacientes, a realizar cambios posturales, a hacer cambios de turno, a tomar yo mismas decisiones sobre cómo abordaría el problema que se me planteaba con cada paciente, siempre con la supervisión de mi enfermera Patricia.

Pude practicar diferentes técnicas, como coger vías, insertar sondajes tanto nasogástricos como vesicales, realizar análisis de sangre, preparar medicación…

Mi enfermera siempre estaba a mi disposición, si tenía alguna pregunta no dudaba en preguntarle, se notaba que le gustaba lo que hacía. Y gracias a todo eso, le cogí mucho cariño ya que me hizo sentir que realmente valgo para esta profesión.

Sin duda, sé que, si algún día vuelvo a Oporto y necesito algo, tengo a gente que siempre estará ahí, e igualmente, ellos en Valencia.

Sé que me llevo una familia para siempre, para lo que pueda necesitar y necesiten de mí.

A todas las personas que se están plateando realizar un erasmus y no saben si irse o no, recomiendo al 100% que lo hagan.

Que vivan la experiencia.

No se van a llevar nada negativo, ya que la mayoría de las cosas que van a pasar son buenas. Conoces a gente, visitas ciudades nuevas, pruebas diferentes gastronomías y lo más importante es que al estar sola durante unos meses, creces como profesional y sobre todo como persona.

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