Costa Rica

Elena Real García

Es difícil relatar en unas pocas líneas lo que ha significado vivir mi mayor sueño, el mayor reto de mi vida: alejarme más de 8000 km de mi familia, de mi gente, de todo lo conocido para mí con un claro objetivo, crecer.

Conseguir vivir esta magnífica experiencia fue una completa odisea. La no existencia de un convenio por parte de la Universidad con este país el cual no conocía, pero yo ya sentía que amaba, dificultó el proceso para conseguir una plaza en un hospital costarricense. Fueron largos meses de correos, de llamadas, de visitas, de mucho persistir. Pasaba el tiempo y ese sí tan ansiado por mí nunca llegaba, la espera me angustiaba, pero algo dentro de mí decía que había que seguir insistiendo, que tenía que ser un sí. Ya a punto de perder toda esperanza recibí la confirmación por parte del Hospital Rafael Ángel Calderón Guardia. Ese mágico momento me dejó un gran aprendizaje: luchar siempre por nuestros sueños y agotar hasta el último intento para conseguirlos. Sin darme cuenta, aún no había salido de España y ya estaba cumpliendo ese objetivo que me había marcado, ahí comenzó mi crecimiento personal.

Pese a que tenía muy altas expectativas sobre Costa Rica, tengo que reconocer que estaba equivocada, todo lo vivido ha sido mejor. Las experiencias que he tenido en el hospital han sido absolutamente increíbles. La capacidad de las enfermeras para resolver las necesidades de salud de la población con el menor gasto de recursos me ha hecho ser consciente de lo que cuestan las cosas y que a veces no valoramos. Las ganas de aprender de los profesionales de salud realizando exposiciones cada viernes para contribuir a la actualización de conocimientos me ha permitido comprender que tras acabar la carrera universitaria uno no sabe de todo y debe seguir enriqueciéndose de conocimientos en beneficio del paciente, y el cariño y el calor con el que me acogieron en el hospital me ha hecho sentir e interiorizar el lema del país: ‘’pura vida’’.

Si pienso en Costa Rica no puedo dejar de recordar a mi tutora Zeidy, una enfermera admirable que ha puesto todo a mi alcance, que ha sido luz y me ha guiado y acompañado en cada ilusión que he tenido durante la pasantía para que todo pudiera ser como ha sido, inmejorable.

A nivel personal destaco la sensación que he tenido de sentirme ciudadana del mundo, de ser capaz de aquello que me proponga y de apreciar las cosas verdaderamente importantes. Conocer tantos lugares y tanta gente de diferentes países ha cambiado mi forma de ver la vida y el mundo, sintiéndolo ahora un lugar más pequeño donde todo está a nuestro alcance.

Si tuviera que enumerar todas las cosas que me llevo de Costa Rica estas líneas no acabarían, pero sin lugar a dudas puedo destacar amistades que me llevo de por vida y muchas ganas de seguir cumpliendo sueños y objetivos. En definitiva, seguir exprimiendo cada oportunidad que se me presente, pues siento que esto solo ha sido el principio.

A todos los que estéis pensando en realizar una pasantía en el extranjero, sea en Costa Rica o en otro lugar del mundo no os lo puedo recomendar más, sin duda esta ha sido una de las experiencias más bonitas de mi vida.

Costa Rica, te llevo y te llevaré siempre en mi corazón, gracias por darme y enseñarme tanto. Nos vemos muy pronto.

Elena Real García