Reflexión del Domingo, 18 de abril

lLAGAS

EVANGELIO

Lc 24,35-48Así estaba escrito: el Mesías padecerá y resucitará de entre los muertos al tercer día.
En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.
Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice:
– «Paz a vosotros.»
Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. El les dijo:
– «¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo.»
Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo:
– «¿Tenéis ahí algo de comer?»
Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo:
– «Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse.»
Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió:
-«Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén.
Vosotros sois testigos de esto.»

REFLEXIÓN

La liturgia de la Palabra de este domingo tiene un hilo conductor que es la resurrección de  Jesús. Jesús se aparece a sus Apostolotes en Jerusalén. En esta primera aparición a los Apóstoles, vemos cómo Jesús les muestra que ha resucitado. Les demuestra que no es un fantasma, que realmente está allí, presente en medio de ellos.

A veces también nos cuesta creer en Dios, porque no lo vemos como lo vieron los Apostolotes, ya dice Jesús en el Evangelio que dichosos los que creen sin ver. Nosotros somos hombre y mujeres de fe, hombres y mujeres de esperanza, tenemos que al igual que los Apóstoles comunicar a los demás la buena noticia de Jesucristo resucitado. Esto lo haremos con nuestro ejemplo y con la palabra oportuna, pero ¿a quienes tenemos que comenzar a mostrar el evangelio? pues tendremos que comenzar por los que tenemos a nuestro lado: la familia, los amigos, etc…

Dios no nos deja solos seguro que si se lo pedimos nos concederá su Espíritu Santo para poder dar una palabra de aliento, una palabra de esperanza ahí donde estemos. La vida no es facil, pero no estamos solos. Dios esta con nosotros y si se lo pedimos con fe que nos ayude, seguro que notaremos su ayuda en nuestras vidas.

Que esta Pascua nos conceda Dios la alegría del Espíritu para ser esperanza y paz allí donde estemos.

pastoral

pastoral

Leave a Comment