Reflexión Domingo 31 de mayo
EVANGELIO
AL anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos». Palabra del Señor
REFLEXION
Hoy celebramos la fiesta de Pentecostés, que es cuando recordamos la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles. Desde aquel día los apóstoles y sus sucesores han anunciado el Evangelio por todo el mundo y junto con el evangelio ha llegado también la paz a nuestros corazones y la capacidad de perdonar como Jesús nos enseña en el Evangelio.
Hoy son muchos los que se siguen dejando llevar por el Espíritu y con su manera de actuar dan testimonio de Jesús allí donde están. Alguno se preguntará: ¿cómo lo hacen? Lo hacen amando a todos sin distinción de raza o de cultura, sirviendo siempre a los más necesitados y enfermos, por que en el fondo es el amor de Dios por cada uno de nosotros.
Hoy el Espíritu Santo nos invita a dejarnos llevar por él siendo buenos cristianos, a proclamar las maravillas de Dios mamando y perdonando a todos, dando así testimonio del evangelio.