10 enero

Reflexión lunes 10 de enero

 

 Del evangelio seegún san Marcos 1, 14-20

Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: «El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Convertíos y creed en el Evangelio». Mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores. Jesús les dijo: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres». Inmediatamente, dejaron sus redes y lo siguieron. Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban también en su barca arreglando las redes. En seguida los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Queridos amigos y amigas:

En el evangelio de hoy vemos como Jesús nos trae la Buena Noticia de anunciar a Dios.

Un mensaje de esperanza para una sociedad que cada vez vive más el consumismo y el alejamiento de Dios, dejando de lado la espiritualidad.

El tiempo de espera ha terminado, Jesús nos trae un nuevo tiempo, una nueva esperanza porque Dios no quiere abandonarnos a los problemas y sufrimientos, sino que quiere construir junto a nosotros un mundo más justo, humano y solidario.
Jesús anuncia que el reino de Dios está cerca, porque Él lo experimenta, para Él Dios es bueno y misericordioso, es el padre que acoge, abraza y escucha. Dios está aquí entre nosotros y eso ningún profeta lo había dicho. Jesús tiene fuerza y convicción: ¡Dios vive entre nosotros!

Esta afirmación es una llamada a la esperanza, a dejar de lado el desaliento, la amargura, la incertidumbre, porque Dios pone en nosotros la fuerza, la energía y el amor para poder hacer de nuestro mundo un hábitat de fraternidad y amor. Hay que ser valientes y confiar en el Señor, así entonces podremos dejarlo todo con alegría y seguir al Señor.

Cada uno de nosotros puede ayudar desde su ámbito a cambiar el rumbo de la historia. Jesús nos está pidiendo en cada instante que cambiemos, que dejemos de pensar y actuar como lo hacemos, porque cuando nuestra vida cambia, nos ayudamos a nosotros y también a los demás, pero Jesús no obliga, sino que llama continuamente a despertar nuestras conciencias dormidas, pero nosotros nos enfrascamos en mil cosas y hacemos oídos sordos a su llamada.

¿Qué nos pasa que dejamos de lado el mensaje de la Buena Noticia? Creer en Dios y en su misericordia es nuestro compromiso como cristianos bautizados, es la mejor forma de gastar nuestras energías, de apostar por un mundo más liberador y confiado a la esperanza.

Pidamos esta gracia enorme, la gracia de reconocer la llamada de Cristo y ser capaces de dejarlo todo por Él. Dejémonos también nosotros llamar por Jesús, y dejémonos curar por Jesús, perdonar por Jesús, y sigámoslo alabando a Dios.

¡Feliz día!, disfrutad y dejaos moldear por Dios.

pastoral

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