Reflexión lunes 15 de mayo
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo.
Os he hablado de esto, para que no os escandalicéis. Os excomulgarán de la sinagoga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí.
Os he hablado de esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que yo os lo había dicho».
Palabra del Señor
REFLEXIÓN
En el tiempo de Pascua, como una primavera, leemos el libro de los Hechos de los Apóstoles que nos narra el nacimiento y expansión del cristianismo y de la Iglesia. Pablo se encuentra en Filipos, primera ciudad griega evangelizada por el apóstol. Junto al rio estuvo hablando con unas mujeres, una de ellas, Lidia, “adoraba al verdadero Dios, y el Señor le abrió el corazón para que aceptara las palabras de Pablo”. Este breve texto nos presenta el itinerario propio de la evangelización, los testigos anuncian la Palabra, pero la gracia del Señor produce la verdadera conversión del corazón, como leemos en el caso de esta mujer, Lidia. La persona, naturalmente, tiene que aceptar libremente, por tanto, la oración pidiendo al Señor que nos envíe su Espíritu es necesaria e imprescindible.
El Espíritu Santo, prometido por el Señor nos confirmará, en nuestra conciencia, la certeza de que Jesucristo, el Señor, es el camino, la verdad y la vida. Él nos dará la fuerza para dar testimonio de Jesús en el momento que vivimos. Cada vez se configura más en nuestra sociedad una mentalidad de indiferencia y alejamiento de Dios, algo característico de una sociedad que solo busca el bienestar económico. Políticamente. se hacen leyes que nos confunden por la manipulación del lenguaje, no al servicio de la verdad, sino de una ideología determinada. Los derechos los tiene la persona, por ser persona, nadie le concede ningún derecho, lo que tenemos que hacer es cuidar de que se protejan. Nadie tiene el derecho de quitar la vida a ninguna persona. Hoy es un testimonio que debe dar la Iglesia sin ningún complejo, el proceso de la vida sigue siendo el mismo hoy que ayer, no cabe ninguna interrupción, esta palabra es una perversión del lenguaje, ya que eliminado el ser concebido ya no tiene posibilidad de continuación. La verdad nos exige trabajar para que no falten ayudas a nadie y menos a las familias que desean tener hijos. Junto a la oración, la acción caritativa debe mirar el favorecer que no se malogre ninguna vida.
-Pedimos al Señor que nos envíe su Espíritu Santo para ser testigos valientes del Señor en nuestro mundo.
-Pedimos para que no se malogre ninguna vida desde la concepción hasta la muerte.
-Pedimos por la paz en el mundo entero.
-Pedimos por las vocaciones al sacerdocio.