Reflexión Miércoles 14 de octubre
PRIMERA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas 5, 18-25
HERMANOS:
Si sois conducidos por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, enemistades, discordia, envidia, cólera, ambiciones, divisiones, disensiones, rivalidades, borracheras, orgías y cosas por el estilo. Y os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen estas cosas no heredarán el reino de Dios. En cambio, el fruto del Espíritu es: amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, lealtad, modestia, dominio de sí. Contra estas cosas no hay ley.
Y los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con las pasiones y los deseos. Si vivimos por el Espíritu, marchemos tras el Espíritu.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6
R∫. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.
R∫. Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos;
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos,
sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche. R∫.
R∫. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.
R∫. Será como un árbol plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón,
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R∫.
R∫. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.
R∫. No así los impíos, no así:
serán paja que arrebata el viento,
porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R∫.
ALELUYA Jn 10, 27
R∫. Aleluya, aleluya, aleluya.
V∫. Mis ovejas escuchan mi voz —dice el Señor—,
y yo las conozco y ellas me siguen. R∫.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas Lc 11, 42-46.
En aquel tiempo, dijo el Señor:
«¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de hortalizas, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios! Esto había que practicar, sin descuidar aquello.
¡Ay de vosotros, fariseos, que os encantan los asientos de honor en las sinagogas y los saludos en las plazas!
¡Ay de vosotros, que sois como tumbas no señaladas, que la gente pisa sin saberlo!»
Le replicó un maestro de la ley:
«Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros».
Y él le dijo:
«¡Ay de vosotros también, maestros de la ley, que cargáis a los hombres cargas insoportables, mientras vosotros no tocáis las cargas ni con uno de vuestros dedos!»
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Decíamos ayer que la verdadera libertad no es una libertad para que sea aproveche la carne, sino la libertad de dejarse llevar por el Espíritu de Jesucristo y por Él abrirse a una vida nueva.
Y, ¿cómo se nota que uno se deja llevar por el Espíritu? La Palabra que el Señor nos regala hoy nos da varios signos.
Primero, por los frutos. San Pablo nos lo ha dicho con claridad.
Las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, enemistades, discordia, envidia, cólera, ambiciones, divisiones, disensiones, rivalidades, borracheras, orgías y cosas por el estilo.
En cambio, el fruto del Espíritu es: amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, lealtad, modestia, dominio de sí.
También por las actitudes: los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con las pasiones y los deseos.
Y también nos lo ha dicho el Salmo: el que se deja llevar por el Espíritu, no sigue el consejo de los impíos; ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos, sino que su gozo es la ley del Señor.
Es decir, no sigue el consejo de los que no quieren confesar a Dios como Padre ni a Jesucristo como Señor, sino que vive cada día escuchando la voz del Señor y dejándose aconsejar por el Espíritu que cada día le certifica que Dios le ama y que la Palabra del Señor tiene vida eterna.
Es un pecador, pero en proceso de conversión. No justifica sus pecados ni los oculta. Sufre por sus ellos y se acoge a la misericordia de Dios, con la certeza de que Dios no deja de amarnos nunca.
Vive la vida como una historia de amor que Dios está haciendo en él. Y por tanto no se instala en el resentimiento ni en la amargura, sino que de su corazón enamorado y agradecido brota la bendición y la alabanza.
¡Os daré un corazón nuevo! (cf. Ez 36, 26).
¡Ven Espíritu Santo! (cf. Lc 11, 13).
CANTO
Martín Valverde: Un salmo para Dios
https://www.youtube.com/watch?v=unRliWxDxCg
Acción Familiar
Es un deseo natural ser reconocidos por los que nos rodean. Sin embargo, Jesús nos recuerda con fuerza que nuestras vidas han de vivirse de tal manera que honren a Dios y a otras personas. Como dice Jesús al principio del Sermón de la Montaña, “Deja que tu luz brille ante los otros, de manera que puedan ver tus buenas obras y dar gloria a tu Padre del cielo”.
Gesto
- Encender una vela.
- Comienzo: En el nombre del Padre….. (Señal de la Cruz)
- Gesto en Familia:
Cada uno reza en voz alta por un logro conseguido esta semana o mes, dando gracias a Dios por ello y pidiendo por los que no han tenido la misma suerte o las mismas oportunidades.
- Oración final:
Dios, tú me contemplas con amor y esperas mi presencia.
Señor, me entregaste el gran regalo de la libertad.
En estos tiempos, Oh Señor, permite que yo sea libre
de cualquier forma de racismo o intolerancia.
Recuérdame, Señor, que todos somos iguales en tus ojos,
esos ojos que nos aman.
Permíteme refugiarme en tu Corazón
cuando me pueda la soberbia o juzgue sin motivo.
Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo,
Como era en un principio,
Ahora y siempre.
por los siglos de los siglos
Amén.