18 jul

Reflexión viernes 18 de julio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (12,1-8):

Un sábado de aquéllos, Jesús atravesaba un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas.
Los fariseos, al verlo, le dijeron: «Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado.»
Les replicó: «¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes presentados, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes. ¿Y no habéis leído en la Ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa? Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo. Si comprendierais lo que significa «quiero misericordia y no sacrificio», no condenaríais a los que no tienen culpa. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado.»

Palabra del Señor

Reflexión

Jesús entra en conflicto con los fariseos a causa del modo de interpretar la ley.  Los judíos observantes se escandalizan de ver a los discípulos de Jesús haciendo algo que no está permitido en sábado, concretamente coger espigas de trigo para comérselas. El Señor responde desde su conocimiento de la Escritura. Les recuerda la escena en que David y sus hombres incumplen la ley comiendo panes ofrecidos que solo podían comer los sacerdotes. Igualmente los sacerdotes pueden faltar a la ley del sábado. Lo que Jesús quiere que entendamos es que hemos de interpretar la ley desde la misericordia, pensando en el bien del que la tiene que cumplir, no en la observancia estricta. Así es como hemos de actuar y evitar todo juicio, ya que no nos toca a nosotros juzgar y menos condenar.

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