Durante una semana del mes de junio, he tenido la oportunidad de participar en uno de los programas de movilidad que se coordinan desde nuestra oficina de la UCV (en el marco Erasmus+). Antes que nada, agradecer desde aquí todas las facilidades que el staff de nuestra universidad proporciona para desarrollar todo el proceso administrativo. En mi caso, he disfrutado de esta experiencia de intercambio en la Facultad de Medicina de la Universidad de Coimbra (Portugal):

Saudade es un término difícil de traducir (incluso de definir). Lo utilizan los portugueses para expresar un sentimiento afectivo, parecido a la melancolía, estimulado por la distancia, en tiempo o en espacio, a algo amado y que implica el deseo de regresar. Coimbra lleva la Saudade en su esencia y la empiezas a percibir en cuanto inicias el regreso a casa. Se trata de una pequeña ciudad preciosa, construida sobre colinas a orillas del río Mondego. Es una localidad histórica (fue capital medieval del país) cuna de la Universidad más antigua de Portugal y Patrimonio Mundial por la UNESCO. Las instalaciones de la vieja sede (paraninfo, capilla, biblioteca… y cárcel académica) son algunos de los más destacados monumentos que visitar. Además, es una auténtica delicia pasear por sus calles, la catedral vieja (y la nueva), el convento de Santa Cruz (panteón real), el jardín botánico o la rivera del Mondego. Por no hablar del disfrute de la gastronomía portuguesa o de la amabilidad de la gente.

Por supuesto, en el plano académico, la estancia ha sido más que satisfactoria. Más allá de la experiencia docente, he podido visitar las instalaciones de la Facultad de Medicina (quedé profundamente impresionado por el “anfiteatro anatómico”) la biblioteca central de ciencias de la salud y algunos de sus centros de investigación, en especial el Laboratorio de Citogenética y Genómica que coordina la Dra. Joana de Melo, responsable del área de internacional de la Facultad y directora de la biblioteca. Asimismo, tuve la oportunidad de reunirme con el responsable del área de medicina preventiva y salud pública de la facultad, Dr. Víctor Rodríguez, que fue tan amable de organizarme citas con la Liga Portuguesa contra el Cáncer y el área de atención a niños con síndrome de Down del Hospital Pediátrico Universitario.

Destacar, en este caso, que la conexión Valencia-Coimbra es sencilla. Hay vuelos prácticamente diarios Valencia-Oporto en low-cost (de menos de hora y media de duración), después tomas un cómodo y moderno metro desde la propia terminal y en unos 40 minutos (y un solo transbordo) llegas directamente a la estación de tren de Porto-Campanha. Allí tomas un tren (sale uno prácticamente cada hora) y en algo más de una hora, llegas a Coimbra. Desde estas líneas, animo a mis compañeros de la universidad (PDI y PAS) a que participen de los programas de movilidad. En mi caso, las gestiones realizadas tanto por los técnicos de la UCV como por los de la UC, han sido de gran ayuda, facilitando todos los trámites y solventando cualquier duda.

Me gustaría terminar reconociendo desde aquí la fantástica labor de Nicole Dourado, técnico de la Facultad de Medicina de Coimbra, que me ha ayudado desde el principio del proceso y que ha sido extremadamente amable y eficiente en la gestión de mi estancia en Coimbra.

Y por último, en este caso, se cumple el dicho: Coimbra… Saudade