Experiencia Erasmus de Inma Rueda, alumna de la Facultad de Enfermería de la UCV que estuvo realizando su movilidad de prácticas en la Escola Superior de Enfermagem de Säo José de Cluny situada en Madeira, Portugal. A continuación su experiencia.

“Madeira, esa isla perdida que cuando preguntas a mucha gente, sabe que existe pero ni se imagina dónde está.

Mi experiencia en Madeira, imagino que, como todas, ha tenido un poco de todo.

Las coordinadoras de allí en todo momento fueron atentas, disponibles y amables y les doy las gracias por todo lo que hicieron.

“El portugués es un idioma súper parecido al español, eso es lo de menos”, dijeron. La verdad es que sí, se parece bastante al español, pero también es verdad que cuando estás en el lugar y te hablan en el idioma, seamos sinceros: no entiendes nada. Haciendo oído, después de una semana lo entiendes prácticamente todo, pero bien es cierto que los primeros días, por mucho que hayas estudiado por tu cuenta antes de ir, no entiendes nada. Es un idioma muy bonito y fácil de aprender, pero hay que poner interés y obligarte a hablarlo para mejorar.

En cuanto a las prácticas en el hospital, hay varias cosas a destacar. Por un lado, estuve en los servicios de UCI, quirófano y urgencias. En los tres servicios tuve un trato muy bueno, aprendí muchas cosas y adquirí destreza en algunas otras. Algo que me hizo admirar bastante la sanidad de aquella isla fue que la falta de recursos no les hizo perder la imaginación en cuanto a “sacarse las castañas del fuego” cuando faltaba material.

En cuanto a los servicios del hospital:

-Urgencias: muy interesante a grandes rasgos. Adquieres bastante destreza sacando sangre y poniendo vías. Lo más emocionante es cuando suena la alarma de la sala de emergencia que sucede cuando entra un caso “grave” y acuden varios profesionales.

-Quirófano: no se hace mucho, pero es donde más se ven cosas. Las operaciones son muy interesantes, así como los cuidados que se realizan en URPA después de cada intervención.

-UCI: el servicio que más me gustó. Como bien dicen las siglas, son cuidados intensivos y, bastante interesantes. En mi caso, como extra, tuve la oportunidad de presenciar una parada cardiorrespiratoria y su consiguiente reanimación. Se aprenden muchas cosas nuevas, como por ejemplo a manejar bombas, saber los parámetros de los ventiladores y llevar los cuidados integrales de un paciente crítico.

En definitiva, una experiencia totalmente recomendable que todo el mundo debería tener al menos una vez en su vida por muchos motivos: espabilarte (tienes que hacerte todo, desde la comida cada día hasta la compra y lavar la ropa, etc.), por el cambio cultural (abre tu mente, aumenta tus horizontes, aprendes otras costumbres, etc.), conocer gente nueva (de todos los países de Europa e incluso puede que de todo el mundo), te obliga a salir de tu zona de confort (todos estamos muy cómodos en ella pero hay un mundo más allá por descubrir que puede que te sorprenda a ti mismo), te cambia (seguramente para bien, experiencias así siempre te hacen cambiar y crecer como persona).

Agradecer a todas las personas que han hecho esto posible y animar a todas aquellas que estén dubitativos para que lo hagan. Y quién sabe, quien no se lo plantee, ¡que no tenga miedo!”

Muchas gracias Inma por tus palabras, nuestros mejores deseos para tu futuro.