Experiencia OUT – José Ángel Izquierdo en la Universidad Católica Portuguesa

A continuación, José Ángel Izquierdo, alumno del grado de Enfermería de la Universidad Católica de Valencia nos cuenta su experiencia en la Universidad Católica Portuguesa.


Hola a todos, aquí les cuento mi experiencia durante 3 meses en la capital de Portugal.

Lo primero de todo quisiera darle las gracias a las coordinadoras de internacional de enfermería Esther Navarro y Cristina Cunha y a la responsable de la oficina de relaciones internacionales María José Alapont, por haberme dado la oportunidad de vivir esta experiencia; también quiero disculparme con los compañeros/as por haberles quitado la plaza que también podrían haber tenido ellos y así poder vivir también una gran experiencia fuera de nuestra universidad.

En cuanto a mi experiencia, las expectativas puestas en la misma no han sido cumplidas, debido a muchos factores, entre ellos la búsqueda del alojamiento, el periodo hospitalario, la propia ciudad… Y ya se sabe que lo que mal empieza… mal acaba.

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José en Praça do comercio, uno de los lugares más espectaculares de Lisboa.

Comienzo hablando sobre la búsqueda de alojamiento, en esto tengo que decir que por una parte me equivoqué al buscar piso tan tarde (4 meses antes de ir a Lisboa), pero por otra parte también tengo que decir que las páginas de búsqueda de alojamiento no te dicen lo que prometen, porque en mi caso yo busqué a través de varias páginas webs como “Uniplaces”, “Berromers”, “Bquarto”, etc. Y no fue hasta faltando un mes para irme, cuando recibí “milagrosamente” un correo de una web de alojamientos portugueses ligada a la universidad, y entonces solo había un piso disponible hasta mayo, el cual tuve que elegir puesto que no tenía más opciones, el problema de ese piso venía en que al mes (385 euros) pagaba más de lo que me daban de beca al mes (350 euros) y encima tenía que pagar 4 meses, en vez de los 3 meses que yo iba a estar (de 16 de febrero a 16 de mayo) y eso me dio muchos problemas con la casera del piso. Pero volvamos a lo de las webs de alojamiento:

  • Uniplaces: al buscar una habitación te decía que la estancia mínima eran 27 noches, pero luego al querer solo 3 meses (superando las 27 noches) me llamaban diciendo que tenían que ser mínimo 6 meses, lo cual es inexplicable, cuando en la misma página de la habitación te dice que mínimo son 27 noches.
  • Berromers: te pedían un mínimo de 4 meses y una fianza la cual solo se te devolvía la mitad en caso de no haber desperfectos.
  • Bquarto: para algunas habitaciones te pedía que tenías que hacerte socio de la página (con su consecuente gasto económico) y las que no te lo pedía, las habitaciones no eran lo que se decía en el anuncio.

La vivencia en Lisboa o más bien la vivencia Erasmus, empezó o yo creía que empezó bien, el primer fin de semana conocí a mi compañero de piso, un italiano de gusto exquisito por la cultura musical, las esculturas, los cuadros y los carruajes. También conocí en una fiesta organizada por una empresa Erasmus a otros españoles, los cuales después de ese día no volví a verles a pesar de que yo pensaba que podíamos hacer piña, también conocí a un turco, el cual intentando quedar con él me daba largas, también conocí a un polaco y bueno en definitiva de otros países y eso me emocionó. Ese mismo fin de semana cuando salí con mi compañero italiano a “la fiesta Erasmus”, recuerdo que pensando que iba a hacer muchas actividades con otra empresa Erasmus pagué 20 euros, si 20 euros por una tarjeta que te permitía ir a sus eventos pero no gratis, sino pagando menos, de los cuales solo habré amortizado 4-5 euros. Los días pasaban y yo seguía entusiasmado por hacer cosas que me iban a ayudar a conocer gente, el idioma, la ciudad, etc. Pero al final se quedó en eso, puro entusiasmo. También hay que decir que muchos fines de semana no podía salir a conocer gente o salir de noche, porque tenía prácticas de hospital o por la mañana o por la tarde de algunos fines de semana.

Sí que aproveché algún domingo que tenía libre para ir con mi compañero italiano a Belem, y conocer el centro cultural y los museos que allí hay.

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José al lado de uno de los famosos elevadores que posee la ciudad de Lisboa como reclamo turístico.

Antes de semana de pascua, la cual tenía vacaciones también aquí, conocí a un grupo de españoles con los cuales sí que llegué a quedar 3 días más pero después de pascua ya no he vuelto a saber de ellos, en parte culpa mía obviamente pero también por otras circunstancias que aquí no interesan.

El problema de no haber conocido a mucha gente, es el poco conocimiento que he podido obtener del portugués, el cual he ido aprendiendo a través de una aplicación (duolingo) y también en el hospital y en los sitios a los que iba a comprar.

Hablando de mi periodo en el hospital Sao José, el cual estaba en el servicio de Urgencias por petición personal, en definitiva diría que no he llegado a hacer todo lo que me hubiera gustado, pero si he aprendido otras cosas que no esperaba y eso para el futuro me puede ayudar bastante. Por otra parte, yo comencé el periodo muy emocionado, nervioso (normal la primera vez) y a la vez interesado, tuve la suerte de que mi PAAP o enfermera responsable era una chica muy maja, muy responsable y muy atenta, pero también era muy exigente (el cual eso viene bien para aprender más y mejorar), los primeros días con ella fueron muy buenos, ella me ayudaba a realizar lo que no sabía hacer, me decía como iban las cosas, etc.

Una de las cosas que le veía yo a ese servicio era que no podía ser totalmente autónomo, debido a parte de por el idioma, a que para coger la medicación necesitas una contraseña y una huella dactilar del personal de allí, lo que hacía que fuera totalmente dependiente de otra persona (en mi caso de la enfermera) para poder sacar la medicación.

Los turnos en el hospital en mi caso eran “cómodos” puesto que solo hacía mañanas o tardes, nunca noches, pero eran de 8 a 16 los de mañanas y de 16 a 23 los de la noche, y había alguna semana que tenía que hacer un día la tarde y al día siguiente la mañana, por lo cual no daba margen para descansar bien.

Dentro de este servicio de Urgencias, había varios sub-servicios, como el de Triage, Balcones (verde/azul y amarillo/naranja), Ortopedia, pequeña cirugía, reanimación y salas. A mí el que más me gustaba eran los balcones, porque era donde había más actividad, ponía vías, sondaba, cargaba medicación, etc., y el que menos diría que el de Ortopedia porque en un mismo turno de 8 horas solo hacíamos 2 o 3 pacientes, el resto del tiempo estábamos sentados en la sala de enfermería hasta que llamarán.

La situación en el hospital iba bien, hasta que parece que ser la enfermera la tomó conmigo y empezó a criticarme por alguna cosa que hacía y no hacía, quizás podía tener razón en algunas pero no en todas, pero en mi opinión llegado a mitad del periodo que era cuando yo empezaba a estar más triste, a sentirme más sólo, ella no empatizó conmigo, puesto que si una persona que se siente sola, apática y encima ya de por sí es tímida, pienso que es normal que algunas cosas no muestre un gran interés, pero no porque no quisiera hacerlas, sino porque estaba en una situación de cansancio por los días, por la soledad sentida, etc. Aun así no tengo nada que reprochar a la enfermera puesto que ya hizo el favor que yo fuera su alumno.

Pero no todo van a ser tristeza y soledad en el Erasmus, ya que gracias a esta experiencia, he podido salir del país, ya que el único país que había visitado con asiduidad que no fuera España era Francia, y visitar una capital de un país que desconocía por dentro y que me ha sorprendido tanto para bien como para mal. He podido visitar lugares de la ciudad increíbles, como el parque de Marqués de Pombal, el río, Praça do comercio, Belem, Bairro alto (que es donde he estado viviendo), etc. Además tiene muchos museos y muchas cosas llamativas como los elevadores. También he mejorado mucho mis artes culinarias, las cuales han pasado de hacer un huevo frito a hacer pastel al vapor por ejemplo. Y a pesar de que he echado de menos hacer el deporte que suelo hacer de normal, aquí no me puedo quejar de no hacer piernas, porque siempre tienes que estar subiendo y bajando escaleras, o rampas.

De los pocos peros que le puedo echar a Lisboa y supongo que es porque es la capital es la cantidad de gente que hay a todas horas en las tiendas, que es imposible comprar con tranquilidad, eso sumado a que los pasillos de las tiendas son estrechísimos.

Por tanto, recomiendo esta experiencia siempre, pero no si tienes las mismas condiciones que yo, que por ejemplo en vez de un piso de solo 2 habitaciones, te busques uno de más de 2 o una residencia donde puedes conocer más gente, que busques piso antes de verano o justo nada más acabarlo, la timidez puede ser o una carga o una bendición dependiendo de lo que hagas, de donde vivas y a quien conozcas.

En definitiva y ya no me enrolló más. Vivid el Erasmus, no os amarguéis si no salen las cosas como queríais, y que una persona le haya salido rana la experiencia de todas las que lo han vivido no significa que sea una mala decisión. ¡A Cuidarse!


¡Muchas gracias por compartir con nosotros tu experiencia!

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