Experiencia OUT – Laura Aznar en Wroclaw

Hoy en el blog tenemos la experiencia de Laura Aznar, alumna de 3º de enfermería que realizó su movilidad Erasmus+ prácticas en Wroclaw, Polonia.

A continuación, su experiencia:


 

Si estás leyendo esto por que tienes dudas sobre si irte o no de Erasmus, no te lo pienses y vete porque lo que estás a punto de leer es lo que han sido los mejores tres meses de mi vida.

Desde el momento que empecé la universidad tenía claro que si la economía me lo permitía me iría de Erasmus y así fue. Decidí Polonia por que era barato y podías viajar mucho ya que su disposición geográfica es idónea para esto.

Tuve la gran suerte de poder irme con una amiga de clase así que la mitad de cosas que vas a leer se las debo a ella también. Creo que lo mejor para definir estos tres meses sería usar una metáfora sobre una montaña rusa. Primero tienes miedo, dudas, no sabes si subirte o si quedarte en tu zona de confort pero siempre hay alguien que te dice: HAZLO! ( en este caso fue mi padre ). Total, que el día 13 de febrero me subí.

El principio fue un poco caótico, para que mentir: ciudad nueva, frío, la gente de los establecimientos no brillaba por su simpatía y una residencia que destacaba más por sus defectos que por sus virtudes ( aunque a día de hoy, viviría allí 2 años enteros sin dudarlo )

La ciudad, una gran sorpresa para mi. Es una ciudad universitaria y por tanto está muy bien adaptada para nosotros, tiene muchos lugares donde estudiar, muchos sitios donde tomar cafés y mucha gente dispuesta a hacer tándems en cualquier cafetería random para mejorar el idioma que quieras ( una vez vi a un chico aprendiendo mandarín ) Y lo mas encantador son sus Dwarfs, los enanito que hay alrededor de toda la ciudad. Si tienes la oportunidad de ir, busca el mapa por internet y encuéntralos todos.

En las prácticas, tuve la suerte de poder estar en dos servicios distintos, en UCI y en cirugía. En la UCI vi un montón de cosas que no esperaba ver, allí preparaba la medicación y sacaba sangre para ver como iba evolucionando el estado del paciente. En cirugía siendo sincera, no me gustó tanto ya que en Polonia no hay auxiliares y nosotras en esa planta estábamos con estudiantes de enfermería por tanto nuestra principal faena era asear al paciente y realizar glucemias.

Respecto a la gente, era simpática pero claro, no vas a hacer las mejores amistades el primer día aunque tengo que decir que poco a poco, a base de pasar horas en la cocina y hablando de lo bonita que era la ciudad de donde cada uno veníamos, nuestra habitación pasó a ser la de las nuevas a llamarse “El Club Social” donde siempre estábamos comiendo, haciendo fiestas, viendo películas etc.

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Aquí ya empezamos a subir la cuesta de la montaña rusa, donde todo te va gustando más y no quieres que se acabe. Esa es la sensación que empecé a tener desde que llevaba allí 1 mes, que no quería volver y que aquello que estaba viviendo era una experiencia única e irrepetible.

Tuvimos la oportunidad también de viajar muchísimo: Berlín, Praga, Bruselas, Gante, Brujas, Cracovia, y a una ciudad de Polonia llamada Gdansk ( este último corrió a cuenta de la universidad polaca )

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Por supuesto, la fiesta es algo que predomina en Polonia debido a que todo es muy barato y los estudiantes no pagamos las discotecas. Si querías podías salir los 7 días de la semana que iban a haber todo tipo de eventos, no solo las discotecas donde íbamos siempre.

En ocasiones hacían conciertos de música de los 70,80 y 90 o te plantaban una “Silent Disco” fuera de un club. Al principio lo que más quieres es viajar y no parar, de un lado para otro pero conforme van pasando las semanas lo que te apetece es hacer vida allí en Wroclaw pero concretamente en la residencia, hacer barbacoas, estar el máximo de tiempo todos juntos etc. Aquí es donde ya has bajado la cuesta de la montaña rusa y está llegando a su fin.

Lo único que te queda a partir de ahora es razonar todo lo que has hecho durante estos meses, en lo que has cambiado y madurado y en la nueva forma que tienes de ver la vida a raíz de haberte ido lejos de casa, esa es la cosa más importante que me llevo de mi Erasmus, lo que he crecido como persona. Aunque este crecimiento personal se lo debo también a mi compañera Laura, a mis gallegiñas, al de Algeciras, al portugués, y a mis queridos italianos. Pd:

Y sí, he aprendido a hacer tortilla de patatas.

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Muchísimas gracias Laura por tu experiencia! Te deseamos lo mejor en tu futuro!!

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