Experiencia IN – Lavinia Prosseda

Nuestra alumna IN, Lavinia Prosseda, estudiante del grado en Biotecnología de la Università degli Studi di Roma Tor Vergata, nos cuenta su experiencia Erasmus  en Valencia, en la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir”.

“Me acuerdo perfectamente del momento en el cual decidí hacer esta experiencia: era uno de los últimos días para presentar la solicitud y no le di mucha importancia en ese momento. Ahora, pensando que habría podido no estar aquí escribiendo esto, pienso en todo lo que me hubiese perdido, y casi no me lo creo.

No puedo decir que todo ha sido fácil. La burocracia, los correos, los certificados, la convalidación de los exámenes, la búsqueda de la casa… pero ahora sí que puedo decir: “valió la pena”.

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Elegí Valencia con bastante superficialidad, en realidad. Ahora, por el contrario, pienso que ninguna otra ciudad hubiese sido mejor. Primero, Valencia es una ciudad hermosa. Llegar a la sede universitaria cada día es un placer y siempre elijo el camino más largo para poder disfrutar de la belleza del casco antiguo. Comparándola con mi pueblo, es una ciudad económica y se pueden encontrar casas lindas sin gastar demasiado dinero si buscas con antelación. Ya en febrero empieza la primavera, lo que te permite pasear por las calles con aún mas placer, por no hablar de la perfecta dimensión que tiene: vivir y estudiar en el centro de Valencia es fantástico, ya que todo está cerca y bien comunicado, pero vivir también en otras zonas de la ciudad no implica problemas de movilidad: los medios de transporte son muy eficaces y puedes comprarte un abono del famoso “ValenBisi” y llegar donde quieras.

Hay sol, playa, el verde del Turia y muy buena gente. Y eso es el punto más importante. Desde que era pequeña, siempre he tenido una buena impresión de los españoles. Son amables, sociables y nunca van corriendo de prisa por la calle, a pesar de que son grandes trabajadores. En todos los supermercados, en todas las tiendas y por la calle, siempre fui recibida con una sonrisa. De hecho, más que nunca me di cuenta de la importancia de recibir el próximo con calor e incluso juré a mi misma que cada persona que se cruce en mi camino también recibirá una sonrisa de mi parte.

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Ser Erasmus implica salir de tu zona de confort; sabes lo que dejas pero no sabes lo que encuentras, por eso conocer a gente disponible y abierta te puede simplificar la vida. Muchos estudiantes de mi universidad, a verme tan perdida los primeros días, me ayudaron y me resolvieron muchas dudas.

Por último, pero no menos importante, los españoles son fiesteros. Como vine aquí por el segundo semestre, tuve la oportunidad de disfrutar de los mejores 5 días de mi vida: las fallas. Es una fiesta local que se celebra en marzo y en particular desde el 14 hasta el 19. La ciudad se transforma y no existe diferencia alguna entre día y noche. Cada zona de la ciudad tiene su propia estatua, los famosos ninot, y todas están en competición entre sí. Luego se queman en la nit del foc y solo se salva la ganadora.

Desde el 1 marzo cada día a las 14 hay la Mascletá en Plaza del Ayuntamiento y en los últimos días, por la noche, se baila hasta el amanecer al ritmo de la música.

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Por lo que respecta a la didáctica, encontré muchas diferencias que me gustaría destacar. La organización de la universidad aquí es muy diferente de mi país, con trabajos individuales y de grupo además del temario, más horas de prácticas y división temporal de clases y exámenes.  En mi opinión, al final los alumnos de aquí  tienen un sentido de la realidad que va mas allá de las paredes universitarias. Me parecieron todos más conscientes de la situación actual de la investigación y de la ciencia en general, que es muy importante por una carrera científica como la de Biotecnología.

El ambiente de la UCV es muy familiar, son pocos estudiantes y es muy fácil comunicarse con los profesores o con las oficinas, que son muy abiertos a lo que necesites. A través de una plataforma Intranet, tienes acceso a todas las informaciones sobre los cursos y el material didáctico.

Otro aspecto importante de hacer una experiencia afuera es las personas que encuentras: conoces a gente del tuyo y de otros países, además de los locales. Esto te permite conocer y comparar tu cultura con la de los demás, entender y aceptar la idea que tu estilo de vida no es válido en todas partes. Te vuelves curioso y más abierto de cuando llegaste. Ya solo esto es una buena razón para hacer la maleta e ir a conquistar el mundo.”

¡Muchas gracias por tu experiencia, Lavinia, te deseamos lo mejor en el futuro!

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