Reflexión

Una responsabilidad como ciudadanos hemos tenido el día 23, ejercer nuestro derecho democrático acudiendo a las urnas. El político debe comprometerse en el bien de todos sus ciudadanos, es mucho el bien que puede hacer y el mal que puede y debe evitar. Quizá deberíamos educarnos y educar para que el control de la actuación pública estuviera sujeta a un control y una evaluación mayor por parte de los ciudadanos. Quizá muchas veces preferimos alejarnos de los problemas de todos y que los resuelvan los gobernantes de turno. Hoy en el libro del éxodo leemos: “¿No había cementerios en Egipto para que nos hayas traído a morir en el desierto?… ¿No te decíamos que nos dejaras tranquilos sirviendo a los egipcios; que era mejor servirlos a ellos que morir en el desierto?” Ser libres es una responsabilidad y un trabajo creativo, que exige esfuerzo y dedicación, muchas veces dejamos sobre las espaldas de otros este ejercicio de responsabilidad ciudadana. Llama la atención la facilidad con la que el pueblo de Israel se dirige a Moisés y como le pesa la construcción de una comunidad en libertad y responsabilidad, parece que le resultaba más cómoda la esclavitud. Detrás de Moisés está el Señor que le ha encargado liberar a su pueblo, es decir, la acción cuenta con la ayuda divina, una confianza que deberíamos mantenerla en nuestras empresas.

En el evangelio  de San Mateo, escribas y fariseos le piden a Jesús un signo para creer en él, pero más que creer en su persona quieren poner de manifiesto que Jesús se somete a sus criterios, a su voluntad. La fe es la adhesión libre y confiada en la persona de Jesús. El Señor en su respuesta apela a la Sagrada Escritura, a esta generación: “no se dará más signo que el del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo; pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra.” La libertad de creer es esencial para Jesús y los cristianos, este riesgo lo tenemos que experimentar confiando en las palabras del Señor que no nos engaña. Ciertamente la Resurrección es el fundamento de nuestra fe y esperanza, pero nos hemos de poner en manos de Dios para que interiormente nos dé la certeza de lo que proclamamos en la fe. El Espíritu es la fuerza interior de nuestra convicción en una vida plenamente feliz.

-Oremos por la paz en todo el mundo, por la salud de todos los enfermos, por las vocaciones al sacerdocio y para que los gobernantes no falten a la verdad.