Reflexión viernes 13 de diciembre
Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 16-19
En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«¿A quién compararé esta generación?
Se asemeja a unos niños sentados en la plaza, que gritan diciendo: “Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos entonado lamentaciones, y no habéis llorado”.
Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Tiene un demonio”. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores”.
Pero la sabiduría se ha acreditado por sus obras».
Palabra del Señor
REFLEXIÓN
Para la reflexión de hoy proponemos la lectura de un fragmento de la Homilía de Don Enrique Benavent Vidal En memoria de las víctimas y de todos los afectados por la DANA Catedral de Nuestra Señora de la Almudena Madrid, 19 de noviembre de 2024. El texto completo puede verse en https://www.archivalencia.org/wp-content/uploads/2024/11/Homilia-Arzobispo-19-noviembre-2024.-Misa-en-La-Almudena-por-las-victimas-y-afectados-por-la-DANA.pdf
Nuestra celebración quiere ser, en primer lugar, un gesto de cercanía y de solidaridad con todos los que están sufriendo. Cuando ocurre algo así nadie puede quedar indiferente, todos nos sentimos afectados y todos queremos estar cerca de ellos para que no se sientan solos. Deseamos que la cercanía y la solidaridad de la Iglesia os conforte y el sufrimiento se vea compensado por el afecto de todos. Esta cercanía, que ahora expresa toda la Iglesia que camina en España, representada por los miembros de la Conferencia Episcopal, que estamos reunidos en Asamblea plenaria, la hemos intentado hacer vida en nuestra diócesis de Valencia desde el primer momento. Hemos tenido una experiencia de solidaridad que, en esta circunstancia tan dramática, ha sacado a la luz lo mejor que hay en el corazón del ser humano: ha habido personas que en las horas más dramáticas han arriesgado su vida para salvar la de los demás; hemos visto la solidaridad de asociaciones e instituciones, entre las que hay que mencionar a la Iglesia, que han ofrecido sus locales e instalaciones para acoger a los afectados y ofrecerles lo que necesitaban en los primeros momentos; el testimonio de los miles y miles de voluntarios, muchos de ellos jóvenes que, de una manera espontánea, se han ofrecido para ayudar a los afectados; la profesionalidad de los cuerpos de seguridad y de todos los servidores públicos venidos de toda España, que no se han limitado a realizar su trabajo, sino que lo han hecho con un auténtico espíritu de servicio y entrega.
Todo esto es una manera de acercarse a todos los que están sufriendo para aliviar en lo posible su dolor, para sembrar esperanza en su corazón. Quiero dar gracias a Dios por la cercanía que todos nos habéis manifestado, comenzando por el Santo Padre y siguiendo por todos vosotros, los obispos de las diócesis españolas, así como de las parroquias, asociaciones, movimientos. Cualquier gesto y ayuda es confortador para todos nosotros. En el centro de la celebración de la Eucaristía está Cristo. Nadie como Él ha entrado en el corazón de aquellos que están necesitados de una palabra de consuelo, nadie como Él ha compartido los sufrimientos de la humanidad. Su sufrimiento injustificable y su muerte injusta es tan incomprensible como el sufrimiento y la muerte de las personas que hoy nos han reunido en oración. Su cercanía y solidaridad es la más grande que podemos imaginar: no hay ningún dolor humano que Él no haya experimentado en sí mismo, en su propia carne. Acerquémonos a
Él con la confianza de saber que Él es quien mejor comprende el dolor de los que sufren, quien está más cerca de ellos. Al reunirnos en esta celebración de la Eucaristía queremos hacer nuestros los mismos sentimientos de Cristo y mostraros nuestra solidaridad cristiana, que es la de quien pone a la persona que sufre en el centro de su acción y se olvida de él mismo y de sus intereses. Una solidaridad cristiana es una solidaridad desinteresada. Queremos también deciros que no estáis solos: Además de nuestra cercanía no dudéis de que Cristo también está junto a vosotros. La presencia de las iglesias de España representadas por sus pastores, la cercanía del Santo Padre expresada en tantos gestos, que nos ha tenido presentes en sus oraciones y que nos ha manifestado su dolor, y todas las muestras de afecto que nos han llegado son expresión de unos sentimientos profundamente cristianos.
ORACIÓN
Se propone la oración para el año jubilar que inaugurará el Papa Francisco el 24 de diciembre.
Oración del Jubileo
Padre que estás en el cielo,
la fe que nos has donado en
tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano,
y la llama de caridad
infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo,
despierten en nosotros la bienaventurada esperanza
en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme
en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio
que fermenten la humanidad y el cosmos,
en espera confiada
de los cielos nuevos y de la tierra nueva,
cuando vencidas las fuerzas del mal,
se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo
reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza,
el anhelo de los bienes celestiales
y derrame en el mundo entero
la alegría y la paz
de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente,
sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.
ACCIÓN EN FAMILIA
Escuchar en familia está canción de Lucía Torres
https://www.youtube.com/watch?v=f-jwu2KahZE