Reflexión del jueves, 4 de marzo

 

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san lectio-domingo-xxvi-21-638

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:

«Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada día. Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico.

Y hasta los perros venían y le lamían las llagas.

Sucedió que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán.

Murió también el rico y fue enterrado. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritando, dijo:

“Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas”.

Pero Abrahán le dijo:

“Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso ahora él es aquí consolado, mientras que tú eres atormentado.

Y, además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que los que quieran cruzar desde aquí hacia vosotros no puedan hacerlo, ni tampoco pasar de ahí hasta nosotros”.

Él dijo:

“Te ruego, entonces, padre, que le mandes a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos: que les dé testimonio de estas cosas, no sea que también ellos vengan a este lugar de tormento”.

Abrahán le dice:

“Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen”.

Pero él le dijo:

“No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a ellos, se arrepentirán”.

Abrahán le dijo:

“Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni aunque resucite un muerto”». Palabra del Señor

 

COMENTARIO

Con esta parábola Jesús enseñó a sus discípulos lo esencial de la compasión para llegar al Reino de Dios y el peligro de las riquezas que cierran los ojos y el corazón hacia las necesidades del hermano. Los que vivimos estamos a tiempo de convertirnos y mirar a todos los Lázaros que nos esperan y reclaman ayuda. ¡Cuidado con la indiferencia que cierra el corazón a tanta situación de pobreza y marginalidad! ¡Cuidado con cerrar la puerta del corazón a tanto sufrimiento ajeno, pues las únicas credenciales ante Dios serán nuestras obras de misericordia con los pobres! Pues “aprender a mirar al pobre desde su pobreza, al enfermo desde su enfermedad o al marginado desde su marginación es el objetivo de una caridad bien entendida” (Luis Carlos Aparicio Mesones).

 

ORACIÓN

Señor Dios nuestro:
Muchos de nosotros
nunca disfrutamos tanto como ahora
del bienestar y la vida,
y por eso nos hemos vuelto
engreídos y satisfechos de nosotros mismos,
felices en nuestro pequeño mundo egoísta.

Oh Dios, haz que nuestros oídos
permanezcan abiertos a tu palabra
y nuestros corazones abiertos a ti
y también a nuestros hermanos.

No permitas que, en nuestra situación de bienestar,
nos olvidemos de ti y de los hermanos,
o que pongamos nuestra esperanza solo en nosotros mismos.
Danos la sana inquietud de buscarte a ti, siempre y en todo,
por medio de Jesucristo nuestro Señor.

 

REFLEXIÓN

+El Papa Francisco comentando este Evangelio dice: “Excluyendo a Lázaro el rico no ha tenido en cuenta al Señor ni a su ley, pues ¡ignorar al pobre es despreciar a Dios! Lázaro representa bien el grito silencioso de los pobres de todos los tiempos y la contradicción de un mundo en el cual las inmensas riquezas y recursos están en las manos de pocos… El rico será condenado no por sus riquezas, sino por haber sido incapaz de sentir compasión por Lázaro y socorrerlo… La misericordia de Dios está vinculada a nuestra misericordia hacia el prójimo; cuando falta esta, también aquella no encuentra espacio en nuestro corazón cerrado, no puede entrar… Si yo no abro la puerta de mi corazón al pobre, aquella puerta permanece cerrada también para Dios y esto es terrible… Podemos cantar con María: derribó a los poderosos de su trono, elevó a los humildes; colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías”.

EN FAMILIA

– Cada uno de la familia describirá cómo ve el cielo y por qué allí se estará tan bien.

– Los padres harán un comentario final y todos rezarán un Padrenuestro por los difuntos que aún no estén en el cielo.

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