Reflexión jueves 27 de abril
Lectura del santo evangelio según san Juan (6,44-51):
En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado, Y yo lo resucitaré en el último día.
Está escrito en los profetas: “Serán todos discípulos de Dios”. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí.
No es que alguien haya visto al Padre, a no ser el que está junto a Dios: ese ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree tiene vida eterna.
Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre.
Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo».
Palabra del Señor
COMENTARIO:
Todo el que se acerca a Jesús, en el fondo, ha sido atraído por el Padre. Por ello, sus seguidores hemos de sentirnos llamados a descubrir esa atracción de Dios en el corazón de nuestros hermanos y ayudarnos mutuamente a creer, a confiar en que quien emprende su camino hasta el final, tendrá vida para siempre. Para esto vino al mundo y para esto se hizo semejante a nosotros: se hizo carne para la vida del mundo. Pidámosle esta capacidad de acogida, atención y generosidad; será nuestro mayor amor al mundo.
ORACIÓN:
Oh Padre de bondad:
Tú atraes hacia ti a todos los hombres
que creen en tu Hijo Jesucristo.
Fe, Señor, fe es lo que necesitamos.
Dánosla, te rogamos;
una fe viva para que podamos encontrar hoy
a Jesucristo, tu Hijo,
en tu palabra que nos diriges,
en el pan de vida que nos ofreces,
y en el alimento que podemos compartir
mutuamente con los hermanos.
Todo ello en el mismo Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor nuestro,
que vive contigo y con el Espíritu Santo
ahora y por los siglos de los siglos.
EN FAMILIA:
Explicar a los hijos qué significa que Jesús es el Buen Pastor