Reflexión martes 9 de abril
Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 26-38.
A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»
María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»
Y la dejó el ángel.
Palabra del Señor
REFLEXIÓN
Queridos amigos y amigas:
Hoy celebramos la Solemnidad de la Anunciación y S. Vicente Ferrer, patrono principal de la Comunidad Valenciana; Dominico, predicador, lógico y filósofo, conocido cariñosamente como “San Vicente, el del ditet”, por sus milagros alzando su dedo índice.
Hoy nos invita a volver a Dios fuente y origen de todo bien y para eso es muy importante la oración. ¡Volvamos a la oración, a nuestras raíces cristianas y con su intercesión, continuemos trabajando para un mundo nuevo más justo, humano, fraterno y solidario, sintámonos también predicadores de la Buena nueva del amor misericordioso de Dios que es para todos.
Hoy, celebramos la Anunciación del Señor; al igual que María tengamos un corazón abierto, acogedor, para que la Palabra habite en nosotros y nos ilumine el camino a seguir. María nos enseña la humildad, la ilusión, la esperanza, la espera paciente y la aceptación de la voluntad de Dios.
Como María dejemos que la Luz nos inunde, que Cristo se haga presencia en nuestro interior, que meditemos en el silencio como lo hizo María y respondamos «Si» a los planes de Dios, aunque estos nos saquen de nuestra comodidad, de nuestra rutina, porque responder afirmativamente es vivir con alegría, con esperanza, con amor, es dejar que Él nos guie. Junto a María contestemos: «hágase en mi tu voluntad».
En este día la Iglesia celebra también la jornada por la vida. Vivamos esta jornada, bajo el lema: “La vida, buena noticia”, recordamos que cada vida humana es un don sagrado de Dios, somos llamados a ser testigos del Evangelio de la vida, a proteger y valorar cada vida desde su concepción hasta su muerte natural.
Bajo la intercesión de María y S. Vicente, nos guíen en el camino del amor y del servicio, y que sus ejemplos de entrega total nos inspiren a seguir adelante con valentía y compasión.
¡Feliz día!, disfrutad y dejaos moldear por Dios.