8 nov

Reflexión martes 8 de noviembre

Del evangelio según san Lucas 17,7-10

En aquel tiempo, dijo el Señor:

Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: «enseguida, ven y ponte a la mesa?».

¿No le diréis: «prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo; y después comerás y beberás tú?». ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid:

«somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer».

Palabra del Señor

 

Reflexión

Viendo como son las relaciones entre las personas en la sociedad, comerciales, basadas en el do ut des, no está de más el preguntarse si, cuando los cristianos hacemos algo bueno, ¿esperamos el reconocimiento de lo que hemos hecho?, ¿una recompensa? Porque el mercenario es el que siempre obra para ser remunerado.

Hoy se nos recuerda que ser cristiano, el tener la capacidad de obrar en el bien, es de por sí un don y, por tanto, algo que debería hacernos estar profundamente satisfechos de nosotros mismos. La recompensa está en haber podido realizar dicha obra, en el simple hecho de ser cristiano. Además, ¿por qué buscamos la recompensa en todo lo que hacemos cuando recibimos tanto? No solo irrumpimos en el mundo sin mérito alguno, sino que, también, en la Iglesia, nosotros recibimos tantas cosas sin ser dignos de recibirlas que, todo ello, nos confirma la posibilidad de establecer relaciones interpersonales no fundamentándolas en la reciprocidad, sino en algo llamado gratuidad.

Oración

Señor,

aumenta nuestra fe,

para que la alabanza que sale de nuestros labios

vaya siempre acompañada de frutos de vida eterna.

Amén.

pastoral

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