Reflexión jueves 26 de octubre
Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,49-53):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla.¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.»
Palabra del Señor
Reflexión
Jesús nos advierte que sus palabras no son un conjunto de buenos deseos, que pueden quedarse en el olvido. El Señor pretende que su evangelio encienda nuestro corazón, que su amor nos impulse a amar como Él. Es un fuego que quiere purificar el mal, por eso puede generar división y enfrentamiento. La opción por Jesús y su evangelio puede provocar distancia incluso con las personas más cercanas, dentro de la propia familia. Lo que el Señor quiere que tengamos claro es que nuestro encuentro con Él no puede dejarnos indiferentes. No estamos llamados a vivir una paz que nace de la falta de compromiso. Si queremos vivir como Jesús, no es extraño que suframos persecución como Él mismo la sufrió.