24 ene

Reflexión lunes 24 de enero

Lectura del santo evangelio según san Marcos 3, 22-30.

 Los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: «Está poseído por Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios». Él, los invitó a acercarse y les hablaba en parábolas: «¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede subsistir. Si una casa está dividida contra sí misma, esa casa no podrá subsistir. Y si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacer la guerra, no puede subsistir, está perdido. Nadie puede entrar en la casa del fuerte y saquear su ajuar, si no ata primero al fuerte; entonces podrá saquear su casa. Yo os aseguro que se perdonará todo a los hijos de los hombres, los pecados y las blasfemias, por muchas que éstas sean. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón nunca, cargará con su pecado siempre».

Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Queridos amigos y amigas:

Cuando una persona se apasiona por un ideal, no sólo lo lleva a cabo, sino que contagia a los que están a su alrededor.

Cristo reunía en torno a sí más gente que los escribas. Y, claro, la manera más común entre los envidiosos y egoístas para quitar la atención de la gente de su adversario es la calumnia. Esto es lo que hacen los escribas. Temen enfrentarse a Jesús cara a cara y le calumnian. Pero Cristo les da una lección.

Primero les dice que su razonamiento está equivocado cuando se refieren a la división interna de un reino. Cristo no pertenece al mismo reino que el diablo. Aquí está su error. Y se lo explica con una parábola.

Luego les pone en guardia contra el peor pecado que pueda cometer un hombre, que es el negar el Espíritu Santo. Aquel que niegue o rechace al Espíritu Santo es reo de condenación eterna por propia elección.

La razón es porque en el amor de Dios es donde nos salvamos y somos perdonados. Porque la misericordia de Dios sobre nosotros depende del infinito amor que nos tiene.

Por tanto, si una persona rechaza este amor, el Espíritu de Amor, el Espíritu Santo, está rechazando al mismo Dios. En otras palabras, está prefiriendo su condenación.

Aprendamos hoy a perdonar, para que seamos perdonados en el amor de Dios, en el Espíritu Santo. Perdonemos aquellos que nos ofenden o que no nos agradan tanto. Dios en su infinito amor nos perdona. Imitémosle amando y perdonando de corazón, olvidando las ofensas.

Cristo une, esta es la gran diferencia, ¿cómo pueden achacar a Jesús las obras del diablo?
Sólo la envidia y la mala intención hacen que veamos con malos ojos lo que otros hacen bien. Eso les sucedía a los escribas que bajaron de Jerusalén, no para escuchar las enseñanzas y ver los signos de Jesús, sino para ir contra Él.

El pueblo sencillo atendía con atención el mensaje de Jesús, viendo con gran admiración los milagros que realizaba, por eso le seguía y escuchaba con más gusto que a los escribas y fariseos.

Jesús se defiende claramente contra los que le están acechando y recuerda que se perdona todo menos la blasfemia contra el Espíritu Santo, no dice cuál es ese pecado, pero por el contexto podemos pensar que es la obstinación, la cerrazón el no querer ver la verdad, rechazándola e induciendo a los demás al error.

Jesús, ha venido al mundo para dar testimonio de la verdad, “todo el que es de la verdad escucha mi voz”. Quien busca la verdad es fiel a Dios.

San Francisco de Sales, cuya fiesta celebramos, buscó siempre la Verdad, incansablemente la contempló, la halló con amor a los pies de Cristo crucificado y la entregó a los demás con su predicación y en sus maravillosos escritos. Pidamos qué nunca falten santos que sepan buscar la Verdad.

¡Feliz día!, disfrutad y dejaos moldear por Dios.

pastoral

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