13 oct

Reflexión martes 13 de octubre

Lectura del santo evnagelio según san Lucas 11, 37-41

En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer a su casa.

El entró y se puso a la mesa.

Como el fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes de comer, el Señor le dijo:

– Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro rebosáis de robos y maldades.

¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro?

Dad limosna de lo de dentro, y lo tendréis limpio todo.

 REFLEXIÓN

Siempre ha existido un modo de ser que se muestra preocupado en realizar las observancias externas, que vive intranquilo por el incumplimiento de las formas, que busca denodadamente que el mundo funcione como debe funcionar. Y si es verdad que podríamos no poner ninguna objeción a esta manera de comportarse la persona, el problema lo encontramos cuando, ante la fijación de poner una solución a lo de fuera, hay un olvido de mirar lo de dentro. Puede darse que se prefiera limpiar la suciedad exterior de la taza en vez de sacar la codicia y la maldad del interior; se puede ser un perfecto cristiano a la vista de todos y vivir una moral privada contraria al Magisterio de la Iglesia.

Jesús, sin devaluar la importancia de las reglas externas, señala donde está la solución. Hay que hacer limosna. En un sentido amplio, “limosna” viene de la palabra griega eleemosyne, que significa “compasión” o “piedad”. No hay duda de que, para ser compasivo o piadoso, lo primero que hay que domar o eliminar son las cosas irresueltas que hay dentro de nosotros. Por lo que, la solución que podamos buscar a lo que sucede fuera deberá iniciarse primero solucionando lo de dentro.

ORACIÓN

Aumenta, Señor, nuestra fe,

para que la alabanza que sale de nuestros labios

vaya siempre acompañada de frutos de vida eterna.

Amén

pastoral

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