Día del orgullo loco
El pasado 11 de marzo, se publicaba en un periódico de tirada nacional la propuesta de una nueva celebración: “El día del orgullo loco”, que tendrá lugar en nuestro país el próximo 20 de Mayo.
La propuesta tiene sus orígenes en Toronto en 1993 y se ha convertido en una tradición en varios países.
En España, Asturias lleva la delantera en la realización de este evento.
Pero realmente, ¿qué se quiere conseguir con esta celebración?. De todos es conocido, que cuando algún evento se hace “viral”, queda a expensas de múltiples interpretaciones, que quizá no son las que originariamente se pretendían transmitir. Al final, lo que importa en cualquier mensaje es lo que capta el receptor, por muy buenas intenciones que haya volcado en su planteamiento un emisor luchador y defensor de ideas verdaderamente importantes.
Salir a la calle y reclamar que a los pacientes con problemas de salud mental se nos trate con dignidad.
Porque desgraciadamente, sigue sin ser así. No en todos los casos ni comparándose con ninguna otra patología, simplemente, hay ocasiones en las que no se trata la patología mental como tal.
Los pacientes con problemas de salud mental, además de la propia patología, llevan a cuestas un valor añadido, el estigma social, que en el peor de los casos, se transforma además en autoestigma.
Muchas veces es la sociedad quien “discapacita” a la enfermedad mental aumentando la vulnerabilidad y la tendencia a la exclusión social y no reconociendo a las personas por como son, lo que expresan y manifiestan en su día a día. Así, los problemas de salud mental siguen generando en muchas ocasiones una imagen social llena de estereotipos, que promueven los prejucios hacia cualquier diferencia, como en este caso la asociada a la enfermedad mental y siguen siendo el “loco” y sus familiares, personas que esconden un gran sufrimiento potenciado por esta imagen social.
La aprobación de la Ley General de Sanidad de 1986, trajo consigo la abolición de los antiguos los manicomios y la posibilidad de tratar a las personas afectadas por problemas de salud
mental cualquier otro paciente y en su entorno socio-familiar. Antes de esta reforma la única salida era el encierro en el “manicomio”.
Aunque han pasado 30 años desde el cierre o reconversión de los manicomios en otros dispositivos asistenciales hospitalarios y comunitarios, sigue estando presente en la sociedad la imagen de la persona afectada de un problema de salud mental aislada y recluida en un centro psiquiátrico.
Así, vemos el ejemplo de un spot publicitario de una empresa cárnica española emitido en TV las pasadas navidades y ambientado en un “manicomio”. Este anuncio mostraba una visión distorsionada de las personas con problemas de salud mental y empleaba un uso humorístico y peyorativo de los problemas de salud mental, mostrando además algo tan irreal en la asistencia hospitalaria actual como personas contenidas con “camisas de fuerza”.
Campañas publicitarias actuales como esta contribuyen este estigmatizar a las personas con problemas de salud mental y dificultan su plena inclusión social, por ello surgen propuestas que pretenden la defensa de una asistencia digna a este colectivo.
Desde las aulas, en la asignatura de Salud Mental los profesores trabajamos en esta línea, marcándonos este reto con los alumnos, pues conociendo la enfermedad mental es como logramos anular el estigma. Despojamos al alumno del tópico “loco”, “no está bien de la cabeza”, y le emponderamos armándole con muy diversos recursos, para que normalicen el trato con personas que sufren patología mental, y no actúen bajo la influencia de los estereotipos de la sociedad y de la publicidad.