Hoy en nuestro blog internacional presentamos a Georgina Bellés Queral, estudiante de veterinaria en la UCV. Ella realizó su movilidad Erasmus en Pisa, Italia; a continuación ella nos cuenta la experiencia que ha tenido.

“Hola, mi nombre es Georgina Bellés Queral, estudiante de veterinaria en la UCV y el año pasado decidí irme de Erasmus a Italia. A pesar de que nunca me lo había planteado, lo he hecho y pienso que fue una de mis mejores decisiones.

Continuamente oía hablar de las mil batallas y la gran experiencia que había sido el Erasmus en Bolonia para dos amigos míos de la universidad y esto hizo que me entraran ganas de solicitarlo ya que salir de la zona de confort podía ser una buena idea.

Finalmente lo solicité pero no fui consciente de la situación hasta que me aceptaron la beca con destino Pisa. En ese momento vi que de verdad me iba y tenía una mezcla de sentimientos encontrados, entre felicidad y miedo.

Terminé el curso aquí en España y entre preparativos, buscar piso, informarme de Pisa y sus alrededores y sobretodo de cenas de despedida, me pasó el verano volando.
Llegó septiembre y con él mi llegada a Pisa, la primera semana fue un caos ya que a pesar de haber distintas páginas donde podéis buscar casa me aconsejó una amiga que fuera una semana antes y buscara piso estando allí, os aconsejo que vayáis ya con pisos mirados sino queréis pasar una auténtica odisea buscando una casa en condiciones.

Durante la semana en la que me dediqué a buscar piso conocí a gente en mí misma situación, con la que acabé formando un gran grupo de amigos. Finalmente conseguimos encontrar todos piso, el mío estaba delante de la universidad y al lado del paseo de Polo Piagge, un paseo precioso que bordea el río y dónde todos íbamos a hacer deporte.
 

Ahora tocaba habituarse, empezaron las clases y al principio era un poco jaleo ya que tenía clases en la Universidad de Veterinaria la cual estaba en Pisa ciudad y también en San Piero, un pueblecito típico Toscano vecino a Pisa donde estaba el hospital veterinario. Pero con los días fui conociendo a compañeros Italianos que me ayudaban tanto con los apuntes como informándome de las cosas que iba más perdida, la verdad que ayudaban bastante a los que veníamos de fuera aunque también has de poner de tu parte e ir tú a introducirte en la clase. Por otra parte estaban los profesores que también ante cualquier duda o problema te intentaban ayudar y eran por lo general bastante atentos.

En el Erasmus tuve días de todo, sobre todo al principio, había días que estaba súper a gusto y me encantaba mi vida allí y había días que echaba de menos mi vida en España, pero era algo que nos ocurría prácticamente a todos y los días de morriña entre nosotros nos apoyábamos.

Siempre existe el miedo antes de irse de no encontrar amigos pero tranquilos, eso es imposible, todos estamos en la misma situación y con las mismas ganas de crear grupo y formar tu “familia erasmus”, en mi caso además al vivir con personas italianas acabé muchos días haciendo planes con ellas y sus amigos y aparte de introducirte más en la cultura italiana, va muy bien para practicar el idioma.

Poco a poco fui conociendo Pisa, una ciudad pequeñita, antigua y muy tranquila con un gran río, el Arno, que la atraviesa. Pisa es una ciudad muy turística y es que la primera vez que ves la famosa torre inclinada impresiona, en el mismo recinto encontramos, el Duodomo, el Baptisterio y el Campo santo y para mí todas son igual de increíbles.

En mi caso mi plan de Erasmus, más que salir todos los días de fiesta, era viajar por Italia y así lo hice, Pisa es una ciudad que pese a ser pequeña está muy bien comunicada, así que empezamos a ir a sitios cercanos como Florencia, para mí una de las ciudades más bonitas que he visto nunca, Siena, Lucca, Cinqueterre… y ya cuando llevábamos un poco más de tiempo nos fuimos a Roma, Verona… cuando sí salíamos de fiesta, lo típico en Pisa es ir a tomar el aperitivo a la Piazza del Vettovaglie, ir después al borde del río o a la Piazza Cavalieri donde se encuentra la prestigiosa Scuola Nórmale Superiore y más tarde acabar todos en el Bazeel, el pub por excelencia de los erasmus en Pisa. También los fines de semana que no íbamos a ningún sitio solíamos ir a la Marina di Pisa, la cual está a unos 20 min en autobús y nos quedábamos a ver la puesta de sol en la playa de piedras blancas característica del lugar.

Para mí ha sido una gran experiencia que por desgracia acabó antes de lo planeado debido a la pandemia que estamos atravesando ya que estando allí empezaron los primeros casos en el norte de Italia. Una de esas tardes fui a hacer la compra y me encontré con el supermercado vacío, colas inmensas de carros llenísimos… ese día estaba empezando lo que posteriormente ocurriría en España. Yo en un principio no quería volver pero cuando nos cancelaron las clases y empezaron a poner restricciones decidí volver unos días a España a ver como evolucionaba todo y finalmente me tuve que quedar aquí pero en todo momento pudimos seguir las clases online y hacer los posteriores exámenes del mismo modo y así no perder el curso.

Para mí el ir de Erasmus es algo que si tienes la oportunidad de hacer has de dejar tus miedos de lado y aventurarte a vivir la experiencia, yo no era la típica persona que lleva en mente hacerlo desde que inicia la universidad y me decidí a probar la experiencia alentada por mis amigos y no me arrepiento para nada. No todos los días van a ser geniales, al igual que hay días buenos hay días malos, pero todas las anécdotas que vives, los amigos que te llevas de distintas nacionalidades, la oportunidad de visitar en este caso Italia que es un país precioso… te compensa totalmente.

Si tienes la oportunidad de irte deja los miedos que son lo que nos frena y hazlo porque va a suponer un cambio o al menos un aprendizaje y vas a volver con pena de que se haya terminado esa experiencia que empezó siendo un poco dura y acabó siendo una experiencia que te hace crecer como persona.”