Experiencia OUT – Pablo Fernández
Hoy tenemos la experiencia de Pablo Fernández, alumno de enfermería que ha realizado su movilidad Erasmus en la Vives University College y sus práctiacs en el Sint Jan Hospital ambos ubicados en Brujas, Bélgica. A continuación su experiencia:
Mi Erasmus en Brujas, Bélgica.
“La experiencia de viajar y conocer mundo no sólo abre puertas, abre la mente y revoluciona la nación.”
-Neil Patrick Harris.
“El 24 de enero de 2017 empecé la que sería una de las mejores experiencias de mi vida universitaria. Una enorme, bonita y muy tecnológica ciudad me esperaba a la vuelta de la esquina y con ella un montón de diferentes escenarios tanto a nivel personal como profesional. Al principio pensé que sería duro. Me encontraba a 2500 Km. de mi casa, sólo, sin ayuda y con una gran barrera como es el idioma. A pesar de esto, en apenas unos días vivía como si fuera de allí de toda la vida. La gente era súper hospitalaria, amable y bastante abierta ya que la mayoría hablaban inglés de forma fluida, fue bastante fácil. Brujas está en la zona noroeste belga, por lo que hablan flamenco (un idioma totalmente igual al holandés, del cual solo cambia la pronunciación de algunas palabras) por lo que la adaptación al idioma fue difícil al principio. Frases como “Ik spreek een beetje Nederlands” (Yo hablo un poquito de holandés) fueron las primeras que aprendí.
Después de una semana explorando la ciudad y otra con la universidad visitando el resto de ciudades más importantes del país llegó ya el periodo de prácticas en el hospital. Mis prácticas se dividieron en 2 periodos, el primero en quirófano y anestesia y el segundo en la unidad de cuidados intensivos del hospital.
Mi hospital era el “Sint Jan Hospital”, el hospital más grande de la parte de Flandes, la gran región norte belga. Tenía 15 alturas, 3 edificios, 17 quirófanos y todas las especialidades tanto en cirugía como en plantas. Además tenía el único soporte aéreo del país (Un helicóptero medicalizado propiedad del hospital) por lo que todos los militares heridos eran tratados allí debido a la rapidez del trasporte y evacuación.
Empecé mi primer periodo de prácticas en el quirófano pero en la zona de anestesia ya que era conveniente que primero viera cómo funcionaba todo, observara la coordinación y aprendiera la dinámica básica de la planta. De esta forma después podría entrar de lleno en el campo estéril, con unos conocimientos generales de las condiciones en las que el paciente ha sido preparado y sabiendo lo que ocurrirá en el quirófano las horas siguientes. En la zona de anestesia aprendí a cómo preparar a un paciente de forma completa. Monitorización, comprobaciones principales, colocación de catéteres principales, preparación y administración de la medicación, preparación de material específico (catéteres centrales, anestésicos locales, neuronavegadores, intubadores de fibra óptica, etc.) Los enfermeros me fueron explicando que pasos seguir, como identificar a los pacientes y cómo hacer que no estén nerviosos. Esos primeros pasos eran principales para conseguir que los pacientes colaboraran sin apenas darse cuenta. Después de tres semanas muy intensas aprendiendo todo el funcionamiento a una velocidad inimaginable conseguí que los doctores me admitieran dentro de los quirófanos y respondieran mis preguntas. Además, debido a mi interés y a mis ganas de aprender decidieron que debía colocarme con los “Doctor assistant” o doctores en prácticas para aprender más de lo que realmente era un quirófano participando en las operaciones de forma activa y viéndolo todo en primera fila.
Al ser un estudiante extranjero, tomar parte en muchas operaciones y ser participativo mis mentores decidieron que sería interesante para mí cambiar de quirófanos y de especialidades cada día. De esta forma vi todos los tipos de cirugías y estuve en todas las especialidades diferentes. Fue muy enriquecedor verlo todo. Aprendí muchísimo con cada profesional, desde los médicos hasta las enfermeras del área de reanimación.
Me fascinó el quirófano de cirugía cardiaca. Vi muchas operaciones a corazón abierto e incluso pude participar en las conexiones de las bombas extracorpóreas y en dos cambios de válvulas mitrales. Pensé que me impactarían mucho estas situaciones pero no fue así, si no que aún me hizo tener más ganas de participar.
Además pude trabajar unas 8 veces con el “Da Vinci”, un enorme robot que puede operar con un doctor a distancia. Éste tiene tres partes. La primera es un puesto de control con unos mandos digitales y una pantalla situada en un campo binocular para una visión en tres dimensiones. La segunda es una torre de procesado de imágenes, control y manejo de los instrumentos del aparato, y la tercera era la araña, el propio Da Vinci. Un robot de 5 brazos los cuales se introducen dentro del paciente por orificios con el que la invasión corporal y las infecciones son mínimas y los beneficios son enormes. Absolutamente increíble.
En el segundo periodo de prácticas fui trasladado a la “Intensieve Zorgen” o planta de vigilancia intensiva (UVI). El cambio fue brusco aunque fue muy adecuado. Después de
ver todos los cuidados, y protocolos seguidos en quirófano fue fácil entender por qué y cómo se hacían los cuidados de las diferentes patologías en esta planta.
Teníamos pacientes de todo tipo: fumadores, de cirugías muy grandes o delicadas, gente con problemas o enfermedades agudas o incluso recaídas de pacientes crónicos como EPOCs, incluso pacientes terminales que habían empeorado e iban allí a tener unos cuidados intensivos hasta morir. Fue muy duro en esta última parte por la diferente cultura que tienen en esa zona.
En Bélgica el índice de suicidios es uno de los más altos de Europa, y la eutanasia está permitida a partir de los 12 años de edad. Están muy acostumbrados a las muertes repentinas, bruscas, violentas o incluso trágicas y duras como una eutanasia a un niño. Son experiencias que me impactaros enormemente al principio a las que me tuve que acostumbrar poco a poco. En un caso tuve que hacer objeción de conciencia para no participar en una de ellas. “Dejaron morir” a una paciente con una aneurisma irreversible para no aumentar el gasto sanitario.
Todo es muy diferente. España tiene una seguridad social excelente, pero en estos países todo va por seguros médicos y el dinero siempre es un problema. No hay derecho para ver situaciones así, pero ocurren. Una verdadera tragedia morir por no tener un buen seguro o tener que decirle adiós a alguien que amas solo para que no sea un “malgasto de dinero” para un seguro. Algo verdaderamente duro para mí.
Por todo lo demás, una verdadera y absolutamente enriquecedora experiencia llena de sorpresas y de momentos inolvidables. Este Erasmus me ha hecho madurar y ver con otros ojos todo lo que tengo. Hoy volvería a repetir.”
¡Muchísimas gracias Pablo por tu enriquecedora experiencia! ¡Te deseamos lo mejor en tu futuro!!