Corrían los ochenta cuando Alaska nos entretenía a los más peques de la casa, con la Bruja Avería y su “Soy Avería y aspiro a una alcaldía”.

Pues ahora más que entonces tiramos de Bola de Cristal para hacer augurios y premoniciones sobre pactos, gobiernos o posibles nuevas elecciones.

Lo que pasará nadie lo sabe, y lo que los políticos están interpretando nadie lo entiende, creo que ni ellos mismos, que no se han visto en situaciones numéricas más adversas. Los nuevos por falta de experiencia y los veteranos por falta de visión y adaptación a los nuevos tiempos, no supieron dar a los ciudadanos lo que  reclamaban que no era más que verdad y confianza, y ahora comparten escenario con nuevos actores que no suman sino restan, por falta de entendimiento, y, así, calculadora en mano, no hay forma de sacar Gobierno.

Mientras tanto la vida sigue y a los problemas del día a día de los que fueron votantes y ahora esperan pacientemente nadie les da solución, somos como un barco sin capitán ni remeros, donde todos los tripulantes quieren dirigir a motín de timón pero que nadie quiere remar, y, nada más cierto que para que un barco no se hunda necesita de un mando que oriente la dirección y de un equipo que, al menos, no reme en sentido contrario.

Y en pactos ¿todo vale?, esto precisamente se discutía en esta misma casa el mes pasado, y, a la vista de los acontecimientos, ¿la respuesta sería sí?.

Mucho me temo que efectivamente la respuesta a la pregunta sería afirmativa, aunque me gustaría pensar todo lo contrario, y poder sostener que los principios y los valores de cada partido político, por aquello por lo que les han votado a cada uno de ellos, es lo que obedece a su toma de decisiones, más allá de partidismos interesados, de sillones a subasta y de gobiernos a golpe de firma.

Seguiremos, calendario a la vista, los apretones de manos de los que van abriendo acuerdos, y las pataletas de los que aspiraban al protagonismo no obtenido en las urnas pero sí posible en una timba de pactos.

Y, termino como empiezo con la Bruja Avería y su gran frase para el recuerdo: “Que mala, pero que mala soy”.

Susi Boix, abogada y politóloga, es alumna de la 3ª edición de nuestro Máster oficial en Marketing político y comunicacion institucional