Reflexión domingo 30 de abril
Lectura del santo evangelio según san Juan (10,1-10):
En aquel tiempo, dijo Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon.
Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos.
El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante».
Palabra del Señor
Reflexión
Jesús, es el Buen Pastor que conoce a cada uno de nosotros, que somos sus ovejas. Nosotros anhelamos escuchar su voz en lo más profundo de nuestro corazón, que nos invita a seguirle como pastor nuestro.
Hay veces que andamos como ovejas sin pastor, es decir, andamos perdidos, sin embargo, tenemos que pedirle a Dios la gracia de que jamás le soltemos de la mano, y si alguna vez nos perdemos, nos apartamos de Dios, que tengamos la fuerza necesaria para pedir perdón de nuestras faltas y de nuestros pecados y volver a seguir a Jesús como el Buen Pastor que cuida de cada uno de nosotros que somos sus ovejas.
En este tiempo de Pascua, nosotros tenemos que pedir al Señor que nos conceda la alegría y el anhelo de resucitar un día con él y volver a reunirnos con todos nuestros seres queridos que ya nos preceden en el camino de la vida eterna.
