Reflexión sábado 6 de julio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,14-17):
En aquel tiempo, se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole: «¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?»
Jesús les dijo: «¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán. Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto y deja un roto peor. Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque revientan los odres; se derrama el vino, y los odres se estropean; el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así las dos cosas se conservan.»
Palabra del Señor
Reflexión
El evangelio de hoy nos recuerda que el gran Esposo nos ha invitado a la gran boda, al gran banquete, una invitación además que incluye el ser considerados sus amigos.
¡Qué gran dicha y qué invitación a recordar que el cristiano se caracteriza por la alegría, y por la consciencia de la grandeza de esta invitación!
A vivir de la alegría y el saber que somos los amigos del Novio y que nuestro traje de fiesta es ser sus misioneros de la esperanza. A vivir la alegría de ser amigos de gran novio.