Reflexión domingo 23 de junio
Lectura del santo evangelio según san Marcos (4,35-40):
Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos: «Vamos a la otra orilla.»
Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó un fuerte huracán, y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón.
Lo despertaron, diciéndole: «Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?»
Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago: «¡Silencio, cállate!»
El viento cesó y vino una gran calma.
Él les dijo: «¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?»
Se quedaron espantados y se decían unos a otros: «¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!»
Palabra del Señor
Reflexión
Conforme más mayores nos hacemos, nos damos cuenta, que la fe es muy importante en la vida del cristiano.
Cuando estamos pasando momentos difíciles acudimos a Dios pidiéndole que nos ayude. Así lo hicieron también los apóstoles como leemos en el evangelio desde hoy.
Muchas veces pensamos que nos falta fe. Por eso se lo tenemos que pedir a Dios. Los Apóstoles también se lo pidieron. Señor auméntanos la fe.
La fe es lo que tiene que mover nuestros corazones para que podamos llevar el amor de Dios allí donde estemos, comenzando por nuestras familias y por nuestros amigos.
Qué nosotros le digamos durante el día de hoy a Jesús. Señor auméntanos la fe. Ayúdanos en muestras dificultades para que sintamos siempre tu protección en medio de nuestras vidas.