7 nov

Reflexión lunes 22 de noviembre

Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,1-4):

En aquel tiempo, alzando Jesús los ojos, vio unos ricos que echaban donativos en el arca de las ofrendas; vio también una viuda pobre que echaba dos reales, y dijo: «Sabed que esa pobre viuda ha echado más que nadie, porque todos los demás han echado de lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.»

Palabra del Señor

 

REFLEXIÓN

Última semana del tiempo ordinario, la próxima entramos ya en el tiempo de Adviento preparación de la Natividad de Nuestro Señor.

La fiesta Cristo Rey del Universo es el final del año litúrgico. La pedagogía de la liturgia nos sitúa en el final de la historia de la humanidad, el encuentro con Jesucristo, un final que, como dice Jesús, solo lo conoce el Padre, pero es bien cierto que todos nosotros tenemos un final, nuestro carnet de identidad lleva la fecha de caducidad. Pero el fin del ser humano no es la nada ni el absurdo, para el creyente cristiano el encuentro con Dios es nuestro final. A Dios le damos gracias por todo lo que nos da, el rostro amable de un ser querido, el sol que contemplamos, los mares, los campos y los frutos de la tierra. Un día nos despertaremos y contemplaremos la hermosura INFINITA DE DIOS, se lo pedimos para nosotros y para toda la humanidad.

El evangelio de San Lucas nos presenta un escenario grandioso, el Templo de Jerusalén. Resultaría difícil que alguien pusiera la mirada en una viuda pobre, más bien nos fijaríamos en los fariseos con sus barbas, filacterias y sombreros, es decir, en la gente que el mundo judío de entonces y el mundo de hoy consideraría como hombres importantes, los ricos , los poderosos. ¿Quién iba a fijarse en aquella  viuda pobre? Jesús, ese que se dd cuenta del gesto de generosidad de esta mujer. Los rico echan de lo que les sobra y esta pobre mujer echa en el cepillo todo lo que tenía. Quizá nosotros cuando estamos tristes, apenados o pensamos que nadie se fija en nosotros, deberíamos retener esta imagen de la viuda pobre, pues del mismo modo Dios se fija en nuestra pobreza, miseria y saber que para Él somos importantes, si además procuramos hacer de nuestra vida un servicio a los demás hemos de tener la esperanza de que Dios nos mira, contempla benévolamente y nos reconforta en nuestra vida, con la esperanza de que en el encuentro definitivo será también benévolo y favorable para con nosotros.

-Pidamos por la paz y la justicia en el mundo.

-Pidamos un corazón grande para amar, luchar frente a la pobreza.

-Pidamos por todos los difuntos para que el Seño los acoja en su reino.

-Pidamos para el Señor nos libre de todos los males.

pastoral

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