8 nov

Reflexión lunes 8 de noviembre

Lectura del santo evangelio según san Lucas (17,1-6):

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca! Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar. Tened cuidado. Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: «Lo siento», lo perdonarás.»
Los apóstoles le pidieron al Señor: «Auméntanos la fe.»
El Señor contestó: «Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: «Arráncate de raíz y plántate en el mar.» Y os obedecería.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

Los evangelios son escritos que nos narran los hechos y los dichos del Señor, la finalidad es alimentar la fe, instruirnos en las verdades que nos conducen a la salvación, son libros que nos invitan a vivir de forma ejemplar, en la verdad, en la justicia y en el amor.

Somos muy frágiles y en ocasiones nuestra vida puede provocar el escándalo, es decir, inducir a que otros tropiecen y se alejen de la vida de fe. No solo escandalizan las noticias que publican la vida oculta de determinadas personas y que las teníamos por personas rectas, hay ocasiones en que nuestra propia debilidad provoca el escándalo y tenemos que  mirarnos a nosotros mismos en el trabajo, en la familia, en las relaciones con los demás y cuidar de no ser piedras que hagan tropezar.

El perdón es la gran medicina en la vida humana, como dice el Papa Francisco no hay padres perfectos, hijos perfectos, maridos y esposas perfectas, profesores y alumnos perfectos, necesitamos el perdón y la misericordia para sanar los corazones heridos. Saberse perdonados siempre que abrimos el corazón al Señor es un regalo para el espíritu humano que nos tiene que llevar a perdonar a los demás, no siete veces sino siempre. Esta pedagogía divina no se puede comprar, no la vende ningún almacén, pero es gratuita para las personas que la quieran aprender. El maestro es el Señor,  le dicen los apóstoles “Auméntanos la fe”, así también nosotros en nuestras plegarias diarias hemos de incluir esta petición. La fe es un don que nos regala el Señor y  hay que pedirlo, con la seguridad de que nos lo concederá porque El siempre cumple. Es una necesidad para nosotros y para nuestro mundo.

-Pidamos al Señor por todos los difuntos para que los tenga en su gloria.

-Pidamos por la salud de todos los enfermos.

-Pidamos para el Señor nos aumente la fe.

-Pidamos por las vocaciones al sacerdocio.

pastoral

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