23 nov

Reflexión martes 23 de noviembre

Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,5-11):

En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos.
Jesús les dijo: «Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.»
Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?»
Él contestó: «Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: «Yo soy», o bien «El momento está cerca»; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida.»
Luego les dijo: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo.»

Palabra del Señor

Reflexión
En muchas ocasiones valoramos la realidad solo por su aspecto exterior, tanto las realidades materiales como las personas. Vivimos un tiempo de mucha superficialidad. El Señor Jesús nos advierte que por muy impresionante que sea una obra, todo es efímero. Al final no quedará piedra sobre piedra, todo será destruido. Esto genera una preocupación e interés por el momento en que va a suceder. Jesús también nos previene contra aquellos que anuncian el final o que quieren hablar en su nombre. No hay que darles crédito. En la dinámica de la historia humana hay guerras y revoluciones, pero esto no indica el final. Los signos que el Señor nos señala son signos en el cielo, desgracias naturales, hambres y pestes. Lo que espera de nosotros es que estemos atentos y seamos críticos con la realidad. Así hemos de vivir el presente para preparar el futuro.
pastoral

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