8 feb

Reflexión martes 8 de febrero

Del evangelio según san Marcos 7,1-13

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas.) Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús:

― «¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores?».

Él les contestó:

― «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: «Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos.» Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres».

Y añadió:

― «Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición. Moisés dijo: «Honra a tu padre y a tu madre» y «el que maldiga a su padre o a su madre tiene pena de muerte» en cambio, vosotros decís: Si uno le dice a su padre o a su madre: «Los bienes con que podría ayudarte los ofrezco al templo», ya no le permitís hacer nada por su padre o por su madre, invalidando la palabra de Dios con esa tradición que os trasmitís; y como éstas hacéis muchas».

Reflexión

La acusación del Evangelio de hoy a los fariseos es de hipocresía. La palabra “hipocresía” viene de la palabra griega hypokrinein, es decir, realizar un papel. En efecto, Jesús reprende a los fariseos por representar un papel en su relación con Dios, puesto que semejante relación debería empapar hasta lo más íntimo de ellos para salpicar cualquier aspecto de sus vidas.

La vida no es un teatro. Uno no puede aparentar el ser católico en las celebraciones litúrgicas y después vivir y tratar a los demás como si Dios no existiera. Eso es jugar a las religiones. En este aspecto, no hay que quedarse solo en el rosario y la novena para caer en la cuenta de que el catolicismo abarca todas las posibilidades.

Oración

Señor,

Escucha nuestras súplicas matinales y,

con la luz de tu misericordia,

alumbra la oscuridad de nuestro corazón:

que los que hemos sido iluminados por tu claridad no andemos nunca tras las obras de las tinieblas.

Amén.

pastoral

pastoral

Leave a Comment