Empatía cognitiva y afectiva en agresores de violencia de género
«Empatía cognitiva y afectiva en agresores de violencia de género», por Julie Van Hoey, egresada del Máster en Psicología Jurídica.
La empatía se entiende comúnmente como la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Moya-Albiol, Herrero y Bernal (2010) describen dos componentes en la empatía: una visión cognitiva, referida a la capacidad para adoptar la perspectiva cognitiva del otro, y una visión emocional o afectiva, relacionada con la reacción emocional refleja ante el estado emocional del otro. Ambos componentes son necesarios y se complementan para poder referenciar la experiencia de la empatía con otro sujeto o víctima, en este caso de violencia de género.
La empatía es un constructo que se ha estudiado de forma muy escasa en el ámbito de los agresores de violencia de género. Sin embargo, los déficits de empatía se han reconocido como un factor importante y facilitador de la conducta de violencia, mientras que su funcionamiento normal actúa como un factor protector inhibiendo la violencia y la agresión y promoviendo la conducta prosocial y el altruismo (Day, Casey & Gerace, 2010).
Otra clasificación de la empatía con respecto a la violencia de género es la diferenciación entre empatía en general y empatía hacia las víctimas, dado que una persona puede mostrar empatía en general pero mostrar dificultades para empatizar con víctimas de violencia de género y/o víctimas que ellos mismos hayan generado siendo ellos mismos los agresores de violencia de género. Generalmente, el constructo más específico de empatía hacia las víctimas se ha estudiado e investigado en ámbitos como agresores sexuales, acosadores escolares y maltrato infantil pero escasamente en la violencia hacia la mujer. La empatía es una variable importante en los objetivos del tratamiento con agresores de violencia de género. De hecho, el Programa de Intervención para Agresores de Violencia de Género cuenta con un módulo de 3 sesiones grupales acerca de la empatía y de la empatía hacia las víctimas.
El objetivo de este estudio es comparar la empatía cognitiva y la empatía afectiva entre los agresores de la violencia de género y el grupo de control. La muestra se compone de 78 hombres, con edades comprendidas entre 19 y 75 años de edad, condenados por violencia de género en la Comunidad Valenciana y derivados por el Servicio de Gestión de Penas en Medidas Alternativas de la Ciudad de la Justicia de Valencia para realizar el Programa de Intervención para Agresores de Violencia de Género (PRIA-MA) en Psicofundación y Psicólogos Sin Fronteras y de 78 hombres españoles que forman la muestra control. Se destaca que las edades de los que componen la muestra control son las mismas edades que las del grupo de agresores de violencia de género. Para la valoración de los diferentes tipos de empatía se ha utilizado el Test de Empatía Cognitiva y Afectiva (TECA) (López-Pérez, Fernández-Pinto, & García, 2008), el cual se administró al inicio del Programa de Intervención para Agresores de Violencia de Género (PRIA-MA) y vía internet para la muestra control.
Con respecto al análisis de datos, obtenemos predicciones que nos indican que el perfil tipo que se obtiene de la muestra total es una puntuaciones moderadas en Adopción de perspectivas (40.4%), Comprensión emocional (39.8%), Alegría empática (37.4%) y Estrés empático (34.5%).
Comparando los dos grupos que comprenden el estudio, obtenemos que el grupo control alcanza puntaciones más altas en Empatía Cognitiva que el grupo de agresores de violencia de género, es decir, consiguen comprender mejor la perspectiva del otro, mientras que el grupo de agresores de violencia de género obtiene puntaciones más altas en la escala de Empatía afectiva que la muestra control, es decir, experimentan más reacción emocional ante los sentimientos del otro.
Analizando los datos obtenidos a partir de las Redes Bayesianas se extrae de los datos que obtener puntuaciones bajas en todos los tipos de empatía (Adopción de Perspectivas, Comprensión emocional, Alegría empática y Estrés empático) predicen pertenecer en un 90.9% al grupo de agresores de violencia de género. Mientras que obtener puntuaciones altas en todos los tipos de empatía predice en un 82.8% pertenecer al grupo control.
Por otra parte, si intentamos predecir a partir de las puntuaciones obtenidas en los diferentes tipos de empatía obtenemos que puntuaciones muy bajas en empatía cognitiva (Adopción de Perspectivas y Comprensión emocional) predice en un 93.3% pertenecer al grupo de perpetradores mientras que puntuaciones muy bajas en empatía afectiva (Alegría empática y Estrés empático) predice pertenecer al grupo en un 54.8% al grupo de perpetradores y en un 45.2% al grupo control. Con ello, podemos afirmar que la variable de empatía cognitiva tiene más peso a la hora de predecir la violencia de género.
Estos datos indican la necesidad de seguir investigando las variables que influyen en la violencia de género para ajustar lo más posible la intervención al perfil presentado por esta población. Dado que muchas variables aun no constan de datos evidenciados o consistentes entre una investigación y otra (Huss & Ralston, 2008; Owen & Fox, 2011), existe la necesidad de seguir estudiando e investigando sobre las diferentes variables que influyen en las conductas machistas.
Referencias
Day, A., Casey, S., & Gerace, A. (2010). Interventions to improve awareness empathy in sexual and violent offenders: Conceptual, empirical, and clinical issues. Aggression and Violent Behaviour, 15, 201-208.
Huss, M. T., & Ralston, A. (2008). Do batterer subtypes actually matter? Treatment completion, treatment response, and recidivism across a batterer typology. Criminal Justice and Behavior, 35(6), 710-724.
López-Perez, B., Fernández-Pinto, I. & Abad, FJ (2008) TECA. Test of Cognitive and Affective Empathy. Madrid: Ediciones Tea, SA
Moya-Albiol, L., Herrero, N., & Bernal, M. C. (2010). Bases neuronales de la empatía. Revista de Neurología, 50(2), 89-100.
Owen, T., & Fox, S. (2011). Experiences of shame and empathy in violent and non-violent young offenders. Journal of Forensic Psychiatry & Psychology, 22(4), 551-563.
El presente artículo es un resumen de la comunicación de Julie Van Hoey en el Congreso Mundial de Psicología Jurídica. Para más información, pueden consultar aquí el programa http://sepjf.org/programa/
Autora del artículo: Julie Van Hoey
Julie Van Hoey, psicóloga jurídica y sanitaria. Doctoranda en Psicología en la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir. Cofundadora de la centro sanitario Kayros Salud y Kayros Jurídica. Psicóloga en programas de intervención en medidas alternativas para conductas delictivas y habilidades sociales, violencia de género y seguridad vial.
Máster Universitario en Psicología Jurídica
Postgrados de Psicología, Terapia Ocupacional y Logopedia