28 sept

Reflexión lunes 28 de septiembre

Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,46-50):

En aquel tiempo, los discípulos se pusieron a discutir quién era el más importante.
Jesús, adivinando lo que pensaban, cogió de la mano a un niño, lo puso a su lado y les dijo: «El que acoge a este niño en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí acoge al que me ha enviado. El más pequeño de vosotros es el más importante.»
Juan tomó la palabra y dijo: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre y, como no es de los nuestros, se lo hemos querido impedir.»
Jesús le respondió: «No se lo impidáis; el que no está contra vosotros está a favor vuestro.»

Palabra del Señor

Reflexión

Todas las personas son igual de importantes delante de Dios, porque todos somos hijos de un mismo Padre Dios. Nuestra realidad de seres humanos es ser criaturas y en consecuencia dependemos siempre de nuestro Hacedor. Esta realidad de considerarnos pequeños y dependientes nos hace ser humildes y conscientes de nuestra realidad y del lugar que ocupamos en la creación, es decir, estamos de paso. Nuestro mundo exalta al ser humano a unos niveles desproporcionados, de modo que el engreimiento y la vanidad se convierten en actitudes humana y políticamente bien vistas, casi como un patrón para dirigir los destinos de los demás.

La imagen que pone Jesús del niño es la contraria porque no puede ser el patrón que pueda regir los destinos de nadie, en todo caso si puede y debe despertar el cariño, la ternura y el amor. En estas condiciones la relación es más fácil con Dios y con los demás. Y esto es lo que nos sugiere el Señor, una relación de sinceridad, espontaneidad y de agradecimiento.

Hoy se impone la indiferencia, estar en contra o a favor define el perfil de las personas con más claridad, pero la indiferencia nos convierte en personajes anónimos y en nuestras comunidades corremos este riesgo. El dialogo y la relación fraterna son indispensable para la vida de la Iglesia y llevar con fuerza el mensaje evangélico y afrontar tanto la comprensión y el reconocimiento como la actitud despectiva y agresiva que también esta vivas en relación con el hecho religioso.

-Oremos por todos los enfermos, que el Señor les conceda la salud.

-Por todos los niños y niñas que se sientan acogidos en la familia y en la sociedad.

-Por todos los que fallecen en la soledad.

pastoral

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