7 feb

Reflexión miércoles 7 de febrero

Lectura del santo evangelio según san Marcos (7,14-23):

En aquel tiempo, llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo: «Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. El que tenga oídos para oír, que oiga.»
Cuando dejó a la gente y entró en casa, le pidieron sus discípulos que les explicara la parábola. Él les dijo: «¿Tan torpes sois también vosotros? ¿No comprendéis? Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el corazón, sino en el vientre, y se echa en la letrina.»
Con esto declaraba puros todos los alimentos. Y siguió: «Lo que sale de dentro, eso sí mancha al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.»

Palabra del Señor

Reflexión
Jesús quiere que entendamos su interpretación de algunos de los preceptos de la ley, especialmente los que hacen referencia a la pureza. El Señor entiende que no hay que poner tanto interés en la pureza de los alimentos, que en definitiva es una cuestión de higiene. En lo que sí quiere que nos ocupemos es en la pureza del corazón. Ahí es donde pueden anidar los malos pensamientos y deseos, que nos llevan al pecado, al egoísmo. Jesús nos ofrece una larga lista de todo el mal que puede albergar nuestro corazón y que hemos de evitar. Eso sí que puede mancharnos y hacernos impuros a los ojos de Dios. Desgraciadamente son muchas de las actitudes que están muy presentes en nuestro mundo y que nos pueden afectar e ir mundanizándonos a nosotros.
pastoral

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