8 oct

Reflexión viernes 8 de octubre

Lectura del santo evangelio según san Lucas (11,15-26):

En aquel tiempo, habiendo echado Jesús un demonio, algunos de entre la multitud dijeron:«Si echa los demonios es por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios.»
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo.
Él, leyendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo mantendrá su reino? Vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú; y, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama. Cuando un espíritu inmundo sale de un hombre, da vueltas por el desierto, buscando un sitio para descansar; pero, como no lo encuentra, dice: «Volveré a la casa de donde salí.» Al volver, se la encuentra barrida y arreglada. Entonces va a coger otros siete espíritus peores que él, y se mete a vivir allí. Y el final de aquel hombre resulta peor que el principio.»

Palabra del Señor

Reflexión

La vida del cristiano es siempre una lucha, un combate espiritual, el buen combate de la fe (cf. 1 Tm 6, 12). Un combate contra el adversario, el diablo, que, como león rugiente ronda buscando a quien devorar (cf. 1 Pe 5, 8).

¿Cómo hemos de combatir este combate?

En primer lugar, tomando conciencia de que es un combate, no un juego. Es decir, tomándote la vida en serio.

Además, luchando con la certeza de que este combate está ya ganado por Jesucristo. Pero, para ello, hay que estar de parte de Jesucristo: El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama.

Estar de parte de Jesucristo es participar de su combate y de su victoria.

No tengas miedo de afrontar el combate: lo importante es que combatas con Cristo, el Vencedor.

Para el combate hay que tomar las armas de Dios (cf. Ef 6, 13s): la verdad, el ajustar la vida a la voluntad de Dios, el celo por el Evangelio, el escudo de la fe, la certeza de la victoria; la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios; la oración y la intercesión por los hermanos.

Todo ello, desde la humildad, porque Dios resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes (cf. _1 Pe _5, 5).

¡Ánimo! El Señor te precede y pelea por ti: No tengas miedo ni te acobardes, porque Yahvé tu Dios estará contigo adondequiera que vayas. (cf. Dt 3, 22, Jos 1, 9).

Esta es nuestra confianza: que el que ha inaugurado entre vosotros esta buena obra, la llevará adelante hasta el Día de Cristo Jesús (cf. Flp 1, 6).

¡No te dejes robar la alegría de la fe! Pide el don del Espíritu Santo, que me conceda el don de fortaleza para poder combatir el combate de la fe.

pastoral

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